Los humanos han amenazado por décadas el hábitat de los orangutanes, pero también su integridad, tal es el caso de Pony, una orangután que fue violada y prostituida por los humanos por varios años.
De acuerdo con una organización dedicada al cuidado y la preservación de los orangutanes llamada BOS, Pony fue separada de su madre cuando tenía apenas unos meses y fue esclavizada sexualmente.
Para feminizarla, sus depredadores la maquillaban, le depilaban el cuerpo y la vestían con ropa y joyas.
Durante toda su infancia, Pony jamás conoció su hábitat natural, pues creció encadenada en un prostíbulo, donde fue violada por 7 años.
De acuerdo con BOS, la mayoría de sus clientes eran trabajadores del campo, quienes por unas monedas abusaban de Pony.
Las personas comenzaron a poner denuncias, pero eso no fue suficiente y terminar con la explotación de Pony no fue fácil.
Fue hasta el 2003, cuando 35 policías armados ingresaron a rescatar al animal, pues su dueño no la quería dejar ir, asegurando que era su único ingreso y la población también se negaba, diciendo que les traía buena suerte y defendiendo al dueño con armas.
Pony fue prostituida en Kereng Pangi, Indonesia y el operativo de su rescate se llevó a cabo tras una larga investigación.
Aunque Pony fue rescatada, las secuelas la siguieron por bastante tiempo, pues tenía heridas tras ser depilada todos los días y tener heridas infectadas.
Asimismo, Pony tuvo que ser cuidada por mujeres, pues quedó traumada de los hombres y cuando veía a uno corría para esconderse y se hacía pipí.
Los profesionales aseguraron que Pony fue violada durante cerca de 7 años, el equivalente a 14 años humanos, por lo que su reincorporación a su hábitat natural también fue compleja.
Sin embargo, tras años de trabajo y recuperación, Pony por fin pudo completar su rehabilitación y reintegrarse con otros orangutanes.
Pony tuvo que aprender a subir árboles y a conseguir su propio alimento sin la ayuda de los humanos.
Actualmente Pony, la orangután que fue violada y prostituida por años por los humanos, tiene cerca de 20 años y vive en una isla donde tiene más libertad, pero sigue siendo monitoreada constantemente.
"Esperamos que esta historia inspire a parar cualquier tipo de abuso animal", expresó la fundación BOS en un comunicado hace 2 años en el que actualizaron el estado de Pony.