En las mejores familias ocurren hechos que parecen imposibles. El abuso a los menores de edad por parte de familiares y amigos ocurre cuando los dejamos al cuidado de personas que creemos son de confianza, pero también pueden convertirse en los responsables de causarles daños irreparables.
Los casos de abuso sexual a niños por parte de sus propios familiares y allegados son más comunes de lo que se quisiera y podría pensar.
Estadísticas: abuso a menores por parte de familiares y amigos
- 1 de cada 5 niños es abusado sexualmente antes de que cumpla 18 años de edad.
- Los niños conocen a su agresor en el 90% de los casos de abuso sexual.
- 30% de los abusos sexuales son llevados a cabo por miembros de la familia. Esto incluye a padres y madres.
- Los niños con discapacidades tienen 3 veces más probabilidades de ser víctimas de abuso sexual.
- Al ser abusados en su infancia los niños tendrán mayor riesgo de incurrir en el uso de sustancias nocivas. Asimismo, los predispone a llevar relaciones malsanas a futuro.
Sin embargo, no todo está perdido en este terreno. Si bien hay una clara evidencia de lo importante que es asegurarse de que nuestros hijos están a salvo con las personas que los ven con mayor frecuencia, también se sabe que con el apoyo adecuado, los niños que son abusados pueden volver a una vida saludable.
Enseñe a sus hijos a denunciar a sus agresores
El que sean las personas cercanas las que más alteran la inocencia de nuestros hijos tiene varios hechos. Uno de ellos es que para los niños será más difícil detectar cuándo están siendo vulnerados. Otro, es el temor que les infunden si llegan a ponerlos en evidencia.
Es por ello que como padres tenemos la necesidad de conversar con nuestros hijos acerca de los riesgos de abuso incluso por familiares y amigos. Aunque puede ser una noticia que genere confusión, al final podría ser la salvación de situaciones agresivas.
Algunas herramientas para mantener a nuestros hijos a salvo son:
- Darles a conocer los límites diciéndole a los niños cuándo decir NO a sus agresores.
- Quitarles el miedo a contar cuándo una persona, incluso conocida, trata de tocarles su cuerpo o los incomoda.
- Enseñarles que los adultos también pueden darles órdenes que no deben obedecer.
La meta 16.2 de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es "poner fin al maltrato, la explotación, la trata y todas las formas de violencia y tortura contra los niños".
¡Seamos parte de esa meta!