El presidente Barack Obama deja la Casa Blanca luego de ocho años de gobierno con una larga lista de importantes logros y otra de promesas incumplidas. Cerca del final de su administración es importante echar un vistazo a los logros y desaciertos del presidente.
Logros
La elección del primer presidente afroamericano marcó un paso importante en la reducción de las tensiones raciales que siguen afectando al país.
Obama ayudó a reducir los embates de la Recesión que azotó al país. La tasa de desempleo bajó del 10 % en el 2009 a cerca del 4.5 % a finales del 2016. Si bien las empresas crearon menos plazas de trabajo en comparación con otras décadas, y si bien los salarios no vieron un aumento significativo, mantener un bajo índice de desempleo es un indicador positivo, en términos macroeconómicos.
La Ley del Cuidado Asequible de la Salud (ACA por sus siglas en inglés) ayudó a que 20 millones de personas cuenten con un seguro médico.
Obama concluyó con dos largos, dolorosos y enormemente costosos conflictos bélicos en Afganistán e Irak. Cuando asumió el gobierno en 2009 el país tenía 180,000 soldados en esos países, y el terrorista Osama bin Laden seguía prófugo.
Poco más de 740,000 jóvenes indocumentados se ampararon con la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) para no ser deportados.
La apertura de las relaciones diplomáticas con Cuba, luego de 53 años de tensiones, es un paso histórico que eventualmente traerá cambios positivos para el pueblo cubano.
En cuanto ala tema del cuidado del medio ambiente, la administración saliente a dado importantes pasos hacia políticas que permiten un mayor acceso al uso de energía limpia, en estos últimos años es evidente la reducción del uso del carbón en la generación de electricidad en Estados Unidos, solo por citar un ejemplo.
Desaciertos
En la campaña prometió una reforma migratoria en los primeros 100 días de su administración, lo que obviamente nunca llegó, y en su lugar Obama se convirtió en el presidente con mayor número de deportaciones en la historia reciente, con casi tres millones de expulsados, casi la mitad de los cuales no tenía antecedentes criminales. Adicionalmente es cuestionable su costoso operativo del 2016 para el arresto y deportación de madres y jóvenes centroamericanos que llegaron al país después de enero del 2014.
Los bancos responsables por la mayor crisis financiera desde la Gran Depresión recibieron un trato preferencial. El gobierno de Obama dio $700,000 millones de las arcas públicas para evitar que los bancos colapsen, pero ese gigantesco cheque llegó casi sin restricciones y muchos banqueros se pagaron a ellos mismos bonos millonarios. Si bien algunos bancos han dado enormes cifras a manera de multas por su participación en la recesión, ningún banquero de alto nivel, nadie que tomó las ambiciosas decisiones que dejaron sin hogar a millones de personas, fue a la cárcel.
La falta de una estrategia efectiva para la salida de las tropas americanas en Irak ayudó al fortalecimiento del grupo terrorista ISIS, cuyos miembros se equiparon con armamento estadounidense que originalmente estaba destinado para las tropas iraquíes.
Durante la administración Obama se perdió la oportunidad de integrar a una nación políticamente polarizada. Si bien el Congreso ofreció una irracional y testaruda oposición a todo lo que viniera del presidente, también es cierto que la Casa Blanca no creó puentes para entablar agendas de trabajo común, por el contrario, las disputas se ahondaron a lo largo de los años, el presidente prefirió las acciones ejecutivas y el nuevo Congreso de mayoría republicana ha prometido eliminar parte del legado de Obama.
El cuadragésimo cuarto presidente deja un Estados Unidos económicamente más estable, políticamente más dividido y con una comunidad inmigrante que sigue con la promesa pendiente de una reforma migratoria.