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Durante la campaña presidencial el año pasado, muchas personas de la comunidad venezolana en Estados Unidos veían a Donald Trump como el líder que finalmente acabaría con el régimen totalitario de Nicolás Maduro. Hoy, a menos de un mes de la nueva administración en la Casa Blanca, existe un sentimiento de frustración ante la eliminación del TPS, la renovación de contratos petroleros con el país sudamericano y la materialización de un acuerdo para deportar venezolanos.

Si bien el primer mandatario ha expresado su rechazo por el socialismo en todas sus formas y la postura oficial de la administración Trump es desconocer a Maduro como legítimo presidente de Venezuela, en la práctica, hay muchas acciones que siembran profundas dudas.

Trump, Maduro y un giro diplomático

En el 2019, durante el primer mandato de Trump, la Casa Blanca reconoció a Juan Guaidó, como presidente interino de Venezuela, pero Maduro se enquistó en el poder, rompió las relaciones diplomáticas con Estados Unidos y eventualmente se negó a recibir a sus compatriotas deportados.

Años después, y ante la comunidad internacional, Edmundo González ganó las elecciones presidenciales realizadas en julio del 2024 en Venezuela, pero Maduro, tras acciones represivas y dictatoriales, nuevamente se negó a dejar el poder, y se proclamó ganador, sin presentar hasta la fecha las actas electorales. Estados Unidos volvió a desconocer a Maduro como presidente legítimo.

Muchos esperaban que Trump, ahora en su segundo mandato, tomaría acciones para restablecer la democracia en Venezuela. Pero el republicano tenía otra prioridad: deportar venezolanos. Veamos los hechos.

El líder opositor venezolano Edmundo González intentó reunirse con Trump en varias ocasiones, pero no fue recibido en la Casa Blanca. Como premio de consuelo, González llegó a encontrarse con Marco Rubio en Panamá.

Por otro lado, Richard Grenell, enviado especial de Trump, encabezó una misión diplomática en Caracas el 31 de enero, que entre risas, apretones de mano y fotografías logró que Maduro aceptara recibir a todos los venezolanos deportados de Estados Unidos, incluidos supuestos miembros de la organización criminal Tren de Aragua. ¿A cambio de qué?

Fuentes citadas por The Miami Herald afirman que, como parte del acuerdo, Estados Unidos renovó la licencia de Chevron para operar en Venezuela. Aunque la administración Trump niega que haya un “quid pro quo”, analistas creen que Maduro usó las deportaciones como moneda de cambio para obtener alivio en las sanciones petroleras. Igualmente, se liberaron a seis estadounidenses que estaban prisioneros en el país sudamericano.

Chevron es una de las pocas compañías que aún extraen petróleo en el país. Sus operaciones son cruciales para inyectar dólares a la economía venezolana.

El lunes 10 de febrero, dos vuelos de la aerolínea estatal Conviasa despegaron desde El Paso, Texas, con 190 venezolanos a bordo. Según Grenell, estos vuelos fueron pagados por Venezuela, lo que indica un nivel de cooperación sin precedentes entre ambos gobiernos.

El fin del TPS para miles de venezolanos

Para Trump, la democracia en Venezuela quedó en segundo plano. Su prioridad es cumplir su promesa de deportaciones. Es por ello que sin justificación, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) anunció que el Estatus de Protección Temporal (TPS) para 350,000 venezolanos vencerá el 7 de abril.

La secretaria Kristi Noem indica que, aunque Venezuela sigue en crisis, hay mejoras notables en la economía, la salud y la seguridad. Por lo tanto, consideran que los inmigrantes pueden regresar de manera segura. Creíamos que es tipo de afirmaciones disparatadas solo eran posible en la imaginación de Maduro.

El TPS seguirá vigente hasta el 10 de septiembre de este año solo para quienes lo obtuvieron en el 2021. Esto deja a miles de personas en una situación incierta. Tristemente, muchos de los perjudicados ingenuamente pusieron sus esperanzas en Trump.

Periodista, editor, asesor, y presentador. De 2016 a 2019 el periodista más galardonado en Estados Unidos por los Premios José Martí. Autor del best seller: ¿Cómo leer a las personas? dbarahona@lanoticia.com