En las elecciones de este año, Carolina del Norte decidirá si apoyan o rechazan una enmienda constitucional para aclarar que solo los ciudadanos pueden emitir su voto. ¿Es necesaria esta “aclaración” o hay algo más? Esta consulta no es inocente. Fue impulsada por legisladores conservadores y en el fondo, busca modificar el lenguaje de la constitución del estado. Quieren cambiar la forma como los inmigrantes naturalizados pueden participar en las elecciones.
¿De qué trata la enmienda?
El artículo seis de la constitución de Carolina del Norte establece que “toda persona nacida en Estados Unidos y toda persona naturalizada, de 18 años de edad y con las calificaciones necesarias, tiene derecho a votar”. Sin embargo, la enmienda HB-1074 cambiaría este lenguaje a “solo un ciudadano de Estados Unidos, que tenga 18 años de edad y posea las calificaciones necesarias, podrá votar”. Se elimina la parte de la naturalización.
Aunque tanto la constitución estatal como la federal ya prohíben el voto de los no ciudadanos, los legisladores republicanos argumentan que la enmienda pretende “evitar la confusión” y asegurar que solo los estadounidenses accedan a las urnas. Como si este fuera un problema que hay que combatir.
Para activistas y líderes de los derechos civiles, esta enmienda, además de ser innecesaria, pues las leyes actuales ya garantizan que solo los ciudadanos pueden votar, esconde una obscura artimaña. Se pretende confundir a los votantes naturalizados y desanimarlos a que sufraguen.
Los ciudadanos naturalizados son estadounidenses
Según la ley federal, solo los inmigrantes que cumplan una serie de requisitos, completen una solicitud y varias pruebas pueden ser naturalizados. Ellos gozan de todos los derechos que tiene un ciudadano estadounidense.
A nivel nacional, uno de cada 10 votantes elegibles son ciudadanos naturalizados, según el Pew Research Center.
El número de adultos que son ciudadanos naturalizados ha crecido de manera constante en las últimas décadas. Entre 2012 y 2022, su número aumentó un 32 % (de 18 millones a 23.8 millones). Durante el mismo período, el número de adultos nacidos en Estados Unidos aumentó solo un 8 % (de 202 millones a más de 217 millones).
En estas elecciones, con múltiples empates en las encuestas, y en donde cada voto puede marcar la diferencia, tal parece que a algunas personas no les gusta esta tendencia demográfica y flagrantemente buscan suprimirla.
Por meses, Donald Trump, ha querido justificar su renuencia a aceptar la derrota que sufrió en 2020, asegurando, entre otras cosas, que “millones” de inmigrantes indocumentados llegaron al país para votar ilegalmente en su contra. Por su puesto, sin evidencia. Múltiples estados, con legislaturas de mayoría republicana, buscan seguir esparciendo esta mentira, sembrar dudas en el sistema electoral y como consecuencia impulsan legislaciones como la enmienda HB-1074 de Carolina del Norte.
Otro ataque contra los inmigrantes
La organización Democracy NC advierte que la eliminación de la mención de “naturalización” en el texto constitucional, podría generar confusión y disuadir a ciudadanos naturalizados de ejercer su derecho al voto. Más de un tercio de los inmigrantes de Carolina del Norte han obtenido la ciudadanía a través de este proceso.
Estos ciudadanos naturalizados son una parte vital de la economía del estado. Contribuyen anualmente con más de $22,000 millones en poder adquisitivo y $7,000 millones en impuestos. No es democrático poner trabas a este grupo de votantes.
Seamos claros, esta enmienda no aporta mejoras a la seguridad electoral, no soluciona nada. Solamente fomenta la desconfianza en el sistema electoral, promueve el sentimiento antiinmigrante y solo sirve para dividir a la comunidad. Nuestro llamado es a que, en estas elecciones, rechacemos esta enmienda constitucional.