El estado de Virginia se convirtió el miércoles en el 23er de todo el país en abolir la pena de muerte, cuando el gobernador firmó un decreto que puso fin a la práctica.
Virginia pasó de ser la segunda mayor en propiciar ejecuciones a una provincia que niega la práctica de castigar con la muerte los crímenes más crueles. Por lo tanto, se considera un cambio dramático y radical para la provincia.
Con la medida se establece que los dos reos que tenía el estado ya sentenciados cumplirán cadena perpetua sin calificar para la libertad condicional.
Pena de muerte es desproporcionada, según demócratas
Esta medida es la culminación de años de campañas políticas por parte de demócratas. Dentro de estas esferas se argumenta que la pena capital se aplica desproporcionadamente contra las minorías raciales, los enfermos mentales y los pobres.
Por su parte, los republicanos consideraron que ese castigo debería seguir siendo una opción para casos de crímenes horrendos. Esto, dijeron, daría un sentido de justicia a las víctimas y a sus familiares.
No obstante, con la mayoría de los demócratas en la Asamblea General del estado y ganaron el debate el mes pasado cuando tanto la cámara baja como el Senado estatal aprobaron la veda.
La pena de muerte es catalogada por Amnistía Internacional como la forma más extrema, cruel, inhumana y degradante independiente del castigo. Por ello, "se opone a esta práctica en todos los casos sin excepción, al margen de quién sea la persona acusada, de su culpabilidad o inocencia, de la naturaleza y las circunstancias del delito y del método de ejecución".
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