Charlotte - José Ocampo, un joven “soñador” estudiante universitario, y además ministro juvenil en una iglesia bautista de Charlotte, mantiene su fe y esperanza de que pronto el gobierno de este país apruebe una ley como “Dream Act”, que lo legalice.
“Mi fe no es en el gobierno sino en Dios. Trato de no estresarme, y de hacer lo que pueda si me dan la oportunidad, y tampoco me puedo quedar sentado esperando que algo ocurra”, comentó José a La Noticia.
José actualmente estudia Mercadeo y Contabilidad en la Universidad Wingate, y además es voluntario del ministerio latino en la Iglesia Bautista Hickory Grove, donde es director del grupo de jóvenes, enseña en la escuela dominical y ayuda en el culto de adoración.
Toda su vida aquí
El joven, de 23 años, nació en un pequeño pueblo al suroeste de México, Buena Vista de Cuellar. Cuando tenía apenas dos meses de nacido, y con su hermano 6 años de edad, su madre cruzaron la frontera para reunirse con su papá en Carolina del Norte, quien había llegado meses antes para conseguir trabajo y prepararse para la llegada de su familia, la cual ya lleva 23 años residiendo en Charlotte.
Cuando José estaba en su último año de secundaria, supo de su estatus migratorio irregular, y de sus implicaciones.
“Para mi DACA ha sido una bendición, no sé aún que haría sin él, no podría terminar mis estudios, ni trabajar”, comentó.
Anima a cristianos a cabildear
José tuvo la oportunidad de contar su historia durante su primer viaje al Capitolio en Washington D.C., para pedir a los legisladores proteger el programa de Acción Diferida para Llegados en la Infancia (DACA).
El joven se unió a varios líderes bautistas en la capital del país, donde tuvo la oportunidad de ir a la convención del Foro Nacional de Inmigración para hablar de sus experiencias y asistir a varios encuentros en el Capitolio y la Casa Blanca.
“He vivido aquí desde los dos meses, soy de aquí, y tengo otros compañeros como yo que tienen DACA, y son las personas más inteligentes que conozco, que ayudan a su comunidad. Sacarnos sería quitar el espíritu de que este es un país de todos”, expresó el joven.
José espera acabar sus estudios el próximo año, que ha podido pagar gracias a becas privadas, a sus padres y a su trabajo de medio tiempo en la universidad.
Su siguiente meta es poder ir al seminario para estudiar Teología, y ser pastor algún día. Pero por ahora busca animar a otros cristianos a abogar por el “Dream Act”.
“Debemos ser activos para hablar con nuestros políticos para que encuentren una solución permanente para nosotros”, anotó.
José dijo que espera que la decisión de sus padres de emigrar a este país no sea en vano.