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Este año, Liz Monterrey se convirtió en la primera latina elegida para formar parte de la junta de educación de Charlotte-Mecklenburg (CMS por su sigla en inglés). Además, es una de las pocas personas de herencia latina que ha asumido un cargo público en Carolina del Norte, a pesar del rápido crecimiento de la población latina del estado.

Alrededor del 10 % de los habitantes de Carolina del Norte son latinos, pero el estado nunca ha elegido a un latino para el Congreso o gobernador. En el 2022, el primer y único latino elegido para la Asamblea General, Ricky Hurtado, perdió su candidatura a la reelección en el condado de Alamance.

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Monterrey se une a una breve lista de latinos actualmente electos en el estado, que incluye la comisionada del condado de Mecklenburg, Susan Rodríguez-McDowell; el recién electo alcalde de Oxford, Guillermo Nurse (el primer alcalde latino del estado), y el concejal de Carrboro, Eliazar Posada (el primer latino abiertamente LGBTQ elegido en Carolina del Norte).

'Desesperados por representación'

Monterrey proviene del sector tecnológico con experiencia en negocios y finanzas. También es madre: su hijo de cinco años ocupó un lugar destacado en su juramentación y su candidatura nació en parte debido a su interés personal en las escuelas. 

Otros latinos en la comunidad también querían ver a alguien como ella, hija de inmigrantes cubanos, aportar una nueva perspectiva, relató Monterrey. Más de uno de cada cuatro estudiantes de CMS está clasificado como latinos, lo que los convierte en el segundo grupo más grande en el sistema de escuelas públicas después de los estudiantes afroamericanos.

“Me sentí alentada por algunos líderes comunitarios locales de la comunidad latina que estaban desesperados por representación y por una persona calificada para estar en la junta escolar”, dijo.

Aproximadamente el 15 % de la población del condado es latino. Sin embargo, dice que su victoria no se debió a los votantes latinos. Los datos electorales indican que los votantes latinos representaron solo alrededor del 2 % de los votos en el condado esta elección. De los 43,873 votantes latinos registrados del condado, votó el 5.5 %.

“Recibí apoyo de todo tipo de comunidades, y simplemente no lo podía creer. Me sentí muy honrada y privilegiada de que la comunidad blanca, la comunidad negra, la comunidad asiática, todas salieron y votaron”, dijo. “Y, la participación de los votantes latinos es bastante baja. … Así que [mi victoria] es un testimonio de que la gente cree en mis habilidades y en quién soy como persona, más que en mi herencia latina”.

'Más presencia de habla hispana'

Entre los desafíos para el distrito están las necesidades lingüísticas y culturales de los estudiantes y familias de CMS. El distrito tiene más de 27,000 estudiantes multilingües que hablan más de 200 idiomas. Contratar más personal que hable español es solo una parte de la solución.

“Necesitamos más presencia de habla hispana, más conciencia cultural en las escuelas, no solo para los latinos, sino para todas las comunidades de inmigrantes, porque hay muchas de ellas en Charlotte”, dijo. "Y diré, sin embargo, que no es por falta de intentos. Hay una escasez generalizada de personal en CMS y cuando se agrega esta capa adicional de tener que ser bilingüe, se vuelve cada vez más desafiante".

Espera que los jóvenes latinos encuentren en ella una representación de liderazgo con la que puedan identificarse.

“Quiero que vean que soy una persona normal y que pude lograrlo. No tenía riqueza, poder o conocimiento generacional”, dijo.

Votantes de primera generación

Monterrey agregó que la tutoría la ayudó a crecer como mujer joven y la inspiró a votar. Ella fue la primera persona de su familia en hacerlo.

“Una cosa que la gente no entiende acerca de la comunidad latina, y tal vez sí la comprendan, pero es que provienen de gobiernos donde votar no es divertido”, dijo.

Parte del desafío para muchos ciudadanos de primera generación, explicó Monterrey, es superar los temores generacionales sobre la votación.

“Mi familia viene de Cuba, donde hay una dictadura comunista, o lo que sea que haya evolucionado, donde no se vota. No se aprende a votar”, dijo Monterrey.

Agregó que tiene esperanzas en el poder de la Generación Z para romper narrativas, así como cerrar brechas en familias de estatus mixto, donde algunos miembros tienen un estatus migratorio establecido y otros no. Y eso, dijo, es lo que se necesita para que el poder político de los latinos crezca en proporción a su participación en la población.

“Estos niños son los que van a activar a su familia y sus redes para luego votar”, afirmó.

Kayla Young es periodista del programa Report for America. Cubre temas de inmigración y la comunidad latina para WFAE y La Noticia. Estudió periodismo en la Universidad de Texas en Austin.