Translate with AI to

Juana Luz Tobar Ortega, la primera inmigrante de Carolina del Norte que evitó la deportación al pedir santuario, cumplirá este dos años desde que vive refugiada en la Iglesia Episcopal San Barnabas en Greensboro, y su caso todavía no tiene una resolución clara.

Juana dijo que su situación ha afectado mucho a sus cuatro hijos, dos nacidos aquí, y dos con DACA, así como a su esposo quien es ciudadano de este país, y dos nietas de 11 años de edad.

Juana ha estado en santuario por más tiempo que nadie bajo la Administración Trump. Ella ha sido una inspiración y una guía, ha asesorado a muchos otros sobre cómo evitar la separación familiar, cómo trabajar por la justicia, incluso cuando ICE quiere separar a su familia. Ella ha cocinado pupusas para reuniones sobre los derechos de los inmigrantes, e incluso preparó diez galones de champurrado para la marcha por el Día de Martin Luther King Jr este año. Ella es una inspiración, dijo Nikki Marin Baena, de la organización Siembra NC.

Queremos que el gobierno nos dé la oportunidad de volver a casa. Estamos cansados, desesperados, y hemos estado encerrados en el santuario durante tanto tiempo. Queremos la oportunidad de tener la libertad de volver a casa con nuestra familia porque la verdad es que nuestras familias nos necesitan, dijo Juana.

Años de lucha

Ella llegó desde Guatemala, después de haber sido amenazada por combatientes armados, y solicitó asilo. La solicitud fue negada pero se le ofreció un permiso de trabajo mientras apelaba su estatus, lo cual demoró seis años.

, su hija mayor en Guatemala sufrió una enfermedad que ponía en peligro su vida y abandonó el país para cuidar de ella. Posteriormente regresó y el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) negó su apelación, y fue detenida, pero una semana después la dejaron en libertad. Juana vivía en Asheboro con su familia.

Desde entonces ella se estuvo reportando a la oficina del ICE en Charlotte periódicamente, pero , en vez de aceptar la súplica de su abogado para una suspensión, ICE le puso un dispositivo de rastreo y le ordenó prepararse para la partida voluntaria diciéndole que tenía hasta para abandonar el país, teniendo que separarse de su esposo, hijos, tío y primos.

Con la ayuda de organizaciones locales como el Comité de Servicio de Amigos Americanos (AFSC), Juana se recluyó en la iglesia tres días antes del plazo dado por Inmigración, convirtiéndose en la primera inmigrante en este estado en entrar en santuario.

Periodista, editor, asesor, y presentador. De 2016 a 2019 el periodista más galardonado en Estados Unidos por los Premios José Martí. Autor del best seller: ¿Cómo leer a las personas? dbarahona@lanoticia.com