Diana está por cumplir 10 años desde que dejó el lugar “donde se hace el café más delicioso del mundo”.
Ella nació en Manizales, Colombia, a unas 2,100 millas (3,400 km) de Charlotte, Carolina del Norte.
Tiene 21 años como maestra, profesión que comenzó a ejercer en su natal país, y lleva 9 ya como docente en Charlotte.
Se encuentra en su octavo año como profesora de Charlotte-Meckelburg Schools, pero hace apenas unos meses que dejó de ver a sus alumnos a través de la pantalla de su computadora.
La pandemia de coronavirus sacudió el sistema educativo a nivel mundial. Y fue la pasión de los maestros la fuerza que sacó adelante a los alumnos en el tiempo más álgido que se recuerde en la época reciente.
"Ha sido un año de ganancia, así podríamos llamar a esta mitad del año”
Profesora Diana Toro en plática con La Noticia.
“Al principio fue un poquito difícil, decepcionante para la mayoría de los estudiantes y también para los profesores el estar completamente virtual”.
Y es que desde que se registró el brote de COVID-19 en Carolina del Norte, se implementó, al igual que en otros sitios, la educación a distancia.
Se notaron los contrastes
Entonces, Toro dejó de sentir la pequeña espalda de un alumno al que ayudaba a tomar su lugar en el aula y no escuchó más el natural murmullo entre dos compañeritos inquietos en plena clase.
Hasta que tras más de un año de confinamiento, el pasado 12 de abril, el gobierno de Carolina del Norte determinó la vuelta a clases presenciales paulatinamente.
“Una vez que regresamos a este sistema híbrido ha sido un poquito de ganancia para los chicos y para nosotros como profesores también porque hemos podido compartir en persona”, comenta.
“Más allá de que hemos tenido que seguir con las máscaras, el solo reconocer a los estudiantes a través de los ojos, ser capaz de ver a los ojos a un niño y decir ‘tú eres…’ y que diga ‘sí, soy yo, me reconoció’, es un vínculo aunque no hayamos estado nunca cerca”.
“Es increíble la relación tan fuerte que hemos hecho incluso a través de las cámaras”.
A un año del Día del Maestro más solitario
Este 5 de mayo se celebra el Día del Maestro en Estados Unidos y servirá para mirar en retrospectiva la conmemoración de un año atrás.
Cuando imaginar una vuelta a clases parecía un sueño imposible.
“No, la verdad no lo esperaba”, dice Diana.
“Ha sido bueno y sorpresivo al mismo tiempo, no pensé que estuviéramos regresando como ahorita en esta época a estar completamente en el trabajo de nuevo”.
“En retrospectiva hace un año no hubiera pensado que esto hubiera pasado tan rápido, pero creo que lo más importante es continuar con los cuidados, cuidándonos”.
Volver a clases implicó hacerlo bajo las mismas medidas preventivas para evitar los contagios.
Una situación que llevó a maestras como Diana a desarrollar aún más su creatividad.
“La primera semana que llegamos desarrollamos un saludo juntos, describe.
"Un saludo especial para no tener que darnos la mano si no podíamos estar tan cerca”.
Su saludo, un emblema en la escuela
“Entonces desarrollamos un saludo donde nos tocamos los codos, las rodillas y nos movemos, 'we shake it', danzamos, cada día lo hacemos”.
“Se volvió algo tan grande que hasta otros profesores vienen a hacer el mismo saludo conmigo, esa ha sido una manera de conexión”.
Y por increíble que parezca, ese ahora icónico saludo de South Meck no se limitó a los más pequeñitos.
“Si piensas en niños de high school o de secundaria, pensarías que no quieren hacer eso porque ya se sienten grandes”, señala la docente.
“Se sienten adultos, pero en realidad, siento que se sienten conectados conmigo a través de eso”.
“Igualmente, los niños que están todavía desde casa se sienten parte del salón y me escriben a través del chat cuando ven que estamos haciendo actividades, me dicen ‘quisiera estar ahí con ustedes’”.
Todo un reto pospandémico
Una encuesta realizada por el líder de opinión pública, Cornell Belcher, encontró que el 69 % de los habitantes de Carolina del Norte cree que el estado no invierte lo suficiente en nuestras escuelas públicas.
Empero, la semana pasada, la junta de escuelas de Charlotte-Mecklenburg aprobó el presupuesto operativo del distrito de 1.7 mil millones de dólares para 2021-22 en una votación de 8-1.
Pero más allá de los presupuestos y necesidades, la forma en que se han acoplado los maestros en el último año a las condiciones han zanjado un hito en la educación.
“Ha sido bonito el tratar de hacer diferentes cosas los profesores para propiciar ese acercamiento con los niños”, considera Diana.
“Cuando podemos almorzar afuera podemos quitarnos la mascarilla para comer, entonces hacer almuerzo con los chicos sin la mascarilla, simplemente compartir con ellos y conversar es algo bonito”.
Más y más estudiantes de las escuelas de Charlotte-Mecklenburg toman clase de forma presencial desde que se les dio la opción a fines de marzo, según los datos de CMS.
Aproximadamente 1,500 estudiantes más optaron por el aprendizaje en persona, tan pronto se implementó el sistema híbrido.
Alrededor de 61,000 de los 147,000 estudiantes del CMS estaban aprendiendo de forma remota, en comparación con más de 62,500 en febrero.
Pero cuando nos fuimos al Plan A y los chicos vinieron todos los días, muchos hispanos se quedaron en casa”.
Profesora Diana Toro en plática con La Noticia.
“Entonces el distrito decidió —porque antes teníamos que marcarlos ausentes— que no, que si encendía la cámara y estaba teniendo clases desde casa le ponemos presente”.
“Aunque tenga supuestamente la opción de venir en persona”.
“Muchos estudiantes prefirieron quedarse en casa porque era demasiada exposición y muchos padres no quieren ponerse vacuna y les da miedo; es otra cosa que tenemos”.
Cuando volvieron fue una experiencia única
Pero eso no ha impedido que Diana Toro haya vivido hermosas experiencias en este intento por volver a la normalidad.
“El momento más bonito y significativo, que me llenó los ojos de lágrimas, pero de alegría, fue el primer día”, dice.
“Habíamos estado en virtual, pero pude reconocer quiénes eran mis estudiantes por sus ojos aun teniendo la máscara, eso fue lo más bonito, saber quiénes eran mis estudiantes”.
Diversas actividades han sido organizadas por padres de familia e instituciones para celebrar la Semana de Agradecimiento a los Maestros.
Pero ningún regalo será tan valioso como cuando Diana pueda volver a recibir un abrazo de sus alumnos.
“Ojalá porque me encanta (abrazar a sus alumnos), como buena profesora latina siempre nos abrazamos con los niños”, asegura.
"Tenemos esa camaradería, tratamos de tocarles la espaldita y tomarles del brazo si se sienten mal, felicitarlos en su cumpleaños, esas cositas que van sucediendo”.
“Como latinos necesitamos ese contacto y a lo mejor por eso nos inventamos el famoso saludo con los niños buscando un poquito, ese acercamiento que por ahora no podemos tener completamente”.
“Espero que en un año podamos estar abrazando completamente a nuestros estudiantes y tratándolos como debe ser, con esa cercanía que ellos necesitan”, puntualiza.
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