Cynthia Aziz dice que siempre se ha sentido apasionada por los temas de inmigración. Después de graduarse de la universidad en Massachusetts trabajó con organizaciones sin ánimo de lucro en el estado para entender mejor las dificultades por las que tienen que pasar los inmigrantes. Decidió volverse abogada para defender los derechos de esta comunidad.
Después de haber tomado el examen de la barra de abogados en Massachusetts y en Carolina del Norte, dice que quería demostrar su compromiso con la práctica del derecho migratorio. Por eso, en 1997, hizo parte del primer grupo de abogados de inmigración en certificarse como especialistas por el Colegio de Abogados de Carolina del Norte.
“Ya había tomado dos exámenes de la barra, y después tuve que tomar un tercer examen para la especialización. Eso quiere decir o que soy loca o que soy dedicada. Espero que sea lo segundo,” Aziz aseguró con una sonrisa.
Aziz es una de los 43 abogados en el estado que están certificados como especialistas en derecho de inmigración por la Junta de Especialización Legal del Colegio de Abogados de Carolina Del Norte. Con 16 abogados certificados, Charlotte tiene el número más alto de estos especialistas en el estado.
Para recibir este título, los abogados deben cumplir con un número de requisitos. Entre ellos, haber trabajado en derecho migratorio por un mínimo de cinco años, cumplir con un proceso de evaluación por parte de sus pares y, pasar un examen que tarda seis horas.
La especialización no es un requisito
No es obligatorio especializarse para trabajar como abogado de inmigración en el estado. Sin embargo, Brian Oten, director ejecutivo del programa de especialización del Colegio de Abogados de Carolina del Norte, dice que la certificación puede ser una buena herramienta cuando la gente está buscando un abogado.
“La realidad es que encontrar un abogado puede ser difícil. Elegir con quien trabajar puede ser estresante,” explicó Oten. “El programa de especialización se creó con ese primer objetivo de identificar abogados que no solo afirman que practican en una área en particular, sino que además puedan demostrar su competencia en dicha área.”
Aziz dice que esa fue una de las razones por las cuales ella eligió certificarse y que la ha llevado a continuar renovando su certificación cada cinco años.
“La medida de mi éxito como abogada para un cliente es mi ética laboral y cuánto tiempo y compromiso le voy a poner a su caso. Y si ven que mi bufete es solo de inmigracion, van a ver que estoy dedicada a este campo,” explicó Aziz.
Dice que los cambios en las leyes migratorias son constantes. Explica que entre octubre del 2019 y marzo del 2021 hubo alrededor de siete cambios sobre los requisitos para demostrar autosuficiencia económica en las solicitudes de residencia permanente.
Según Aziz, la ley migratoria es tan compleja, que el resultado de un caso puede depender del conocimiento del abogado.
Jennifer Cory, quien también está especializada, coincide con Aziz. Dice que ha tenido casos de individuos que se han dejado aconsejar por notarios, quienes no son abogados certificados.
“Hay mucha gente que no está certificada como abogado como los notarios que dan consejos incorrectos. Y lamentablemente la gente que toma estos consejos se puede ver enfrentada a situaciones difíciles,” dijo Cory.
Su bufete tiene una cliente que fue asesorada por un notario. Cory dice que la mujer, sin saber, firmó papeles para solicitar asilo en Estados Unidos y, el notario le dijo que debía mentir en su entrevista. Ahora, Cory dice que la mujer está enfrentando la posibilidad de ser deportada.
Cory menciona que ella eligió especializarse en el 2013 para demostrar su dedicación y experiencia en el derecho de inmigración. Se volvió a certificar en el 2019 y reconoce que eso le puede dar confianza a sus clientes al comprobar que ha continuado con su formación en el derecho migratorio y, que está al tanto de todos los nuevos desarrollos en las leyes de inmigración.
“Tenía sentido que fuese reconocida como alguien que se ha enfocado en esta área de la ley y no simplemente como alguien que practica en diferentes áreas del derecho'', comentó Cory.
Un área de especialización en crecimiento
Aunque la especialización en derecho migratorio lleva 20 años de existencia, la cantidad de abogados especializados sigue siendo relativamente baja.
Según Oten, hay alrededor de 25,000 abogados activos en Carolina del Norte. De ese número, 1,100 están certificados en una de las 13 áreas de especialización disponibles. Y menos del 4 % de ellos están especializados en inmigración.
Sin embargo, Oten indica que el número de abogados especializados en inmigración está aumentando. En el 2020, 14 abogados solicitaron la especialización y cinco la obtuvieron.
“Más o menos el 15 % de las solicitudes eran para la certificación de inmigración,” dijo Oten. “Eso me dice que hay más gente interesada en solicitar. Y por eso creo que aunque el número aún no sea muy alto, está creciendo porque hay más interés y más necesidad de obtener servicios en el área del derecho migratorio.”
Oten dice que no sólo hay más abogados en general participando en el programa, sino que además hay más abogados de servicio público que están buscando ser certificados. Estos son abogados que trabajan para el gobierno u organizaciones sin ánimo de lucro.
“Realmente no ganan nada con la certificación, en términos de beneficios personales,” explicó Oten. “Quieren que sus clientes, que realmente son los que más necesitan servicios legales, sientan confianza en ellos y los servicios legales que están recibiendo. Y me parece que eso es importante.”
Anna Cushman hace parte de ese grupo. Es abogada de Legal Aid NC, una organización sin ánimo de lucro que provee servicios legales a personas con bajos recursos, y recibió su certificación en el 2020.
“Siempre lo veía como algo que quería lograr y que sería un indicador de mi experiencia. Y quería dedicar mi carrera a convertirme en una una experta en esta área,” dijo Cushman.
Un reporte de la Comisión de Acceso Equitativo a la Justicia de Carolina del Norte encontró que la inmigración es la quinta área más mencionada en necesidades legales no satisfechas, en personas con bajos recursos económicos en el estado.
Cushman dice que ella nota una clara brecha en el acceso a la justicia, especialmente en temas de inmigración. Dice que, aunque la certificación no es necesaria para ser un buen abogado de inmigración, el programa puede ayudar a comenzar a cerrar esa disparidad.