Al menos 110 muertos y 130 desaparecidos dejan los deslaves producto de fuertes lluvias en la ciudad montañosa de Petrópolis, Brasil.
Las inundaciones causaron deslizamientos de tierra y se teme que aún podría aumentar considerablemente la cifra de víctimas. Se cree que muchos de los desaparecidos están atrapados en el lodo. También es posible que ese número de 130 esté muy por debajo del número real.

Autoridades del estado de Río de Janeiro así como sobrevivientes cavan entre los escombros para encontrar a sus seres queridos. El rescate se dificulta debido a que aún las condiciones son difíciles y hay probabilidad de más aludes en las laderas de la ciudad.
El alcalde Rubens Bomtempo dijo:
"Todavía no conocemos la magnitud de la catástrofe. Ha sido un día duro, un día difícil".
El Departamento de Bomberos estatal dijo que en la zona cayeron 25,8 centímetros (algo más de 10 pulgadas) de lluvia en cuestión de tres horas el martes, casi tanto como en los últimos 30 días combinados. El gobernador de Río de Janeiro, Claudio Castro, explicó que las lluvias son las peores registradas en la ciudad desde 1932.
"Nadie podía predecir lluvias tan intensas como estas", apuntó Castro. Según los meteorólogos, se esperan más precipitaciones el resto de la semana.

Casi 400 personas se quedaron sin casa y otras 24 fueron rescatadas con vida, añadió Castro.
La región montañosa ha vivido catástrofes similares en las últimas décadas, incluida una que causó más de 900 muertes. Desde entonces, Petrópolis presentó un plan para reducir el riesgo de deslaves, pero las obras han avanzado lentamente. El plan, presentado en 2017, se basaba en un análisis que determinó que el 18 % del territorio de la ciudad presentaba un riesgo elevado de deslaves e inundaciones.

El presidente Jair Bolsonaro expresó su solidaridad durante su viaje oficial a Rusia. Mientras que Petrópolis, que lleva el nombre de un antiguo emperador brasileño, declaró tres días de luto por la tragedia.