El Departamento Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) emitió una resolución formal de no separar familias en la frontera por los cruces ilegales.
Las autoridades intentar revertir los efectos de la política de "tolerancia cero" del ex Presidente Trump, que llevó a miles de familias rotas.
El comisionado interino de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), Troy Miller, dirigió un morando a la Patrulla Fronteriza y la Oficina de Operaciones de Campo de CBP, a fin de que a partir de ahora se mantengan a los niños junto con sus padres o tutores que son condenados por entrar de forma ilegal al país.
Por otro lado, prohíbe la remisión de los padres para el enjuiciamiento exclusivamente por motivos de entrada ilegal a Estados Unidos.
La excepción de esta regla son los casos que “representen un riesgo para la seguridad nacional”.
El hábito de separar familias durante el gobierno de Trump resultó en centenares de casos aún sin resolver. Muchos niños todavía no han podido ser reubicados con sus familiares.
Esta medida se suma a la que anunció el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, que pretende acelerar los casos de inmigración familiar en 10 ciudades. Con ella, los tribunales tratarán de decidir el futuro de las familias en un lapso de 300 días a partir de una audiencia inicial.