Con el ascenso del Talibán al poder en Afganistán, muchos se esfuerzan en entender qué es la sharía, cuya práctica está asociada a crueles castigos como la lapidación en un contexto machista.
El profesor de filosofía, Alí Benmajluf, detalla en un artículo para la UNESCO que la sharía es una visión del mundo asociada a las creencias de un período histórico ancestral.
Sharía significa "camino que conduce al abrevadero" y es una noción de carácter tribal asociada al funcionamiento organizado de la naturaleza y sus leyes desde la creencia en un Dios.
Benmajluf considera que la transformación de la sharía en normas jurídicas ocurrió por circunstancias históricas y es un "fenómeno reciente".
"No había un código jurídico denominado sharía, ni en los hadices del Profeta ni en el Corán", dice Benmajluf.
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El docente considera que el uso de la sharía como ley está asociado a razones de poder político para el establecimiento de los Estados musulmanes.
Además, destaca que las constituciones de los países musulmanes hacen menciones de la sharía que "difieren entre ellas".
"Habida cuenta de que el término sharía no es suficientemente claro y no se refiere a un conjunto de normas universalmente conocidas, es preciso reconocer que no se puede afirmar con seriedad que la sharía se aplica aquí o allá",
dice el Benmajluf.
Por eso, la sharía entendida como ley es una noción moderna con la que se alude a las normas prácticas del Islam, lo que ocurrió a raíz de las interpretaciones humanas hechas por los líderes de la religión con el pasar de los años.
"La operación de elaborar la sharía como ley divina nos remite a la labor de interpretación denominada ijtihâd. Esto es, la reflexión llevada a cabo por jurisperitos musulmanes con miras a "traducir" los versículos coránicos en normas jurídicas",
explica Benmajluf.
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A partir allí se fundamentaron las obligaciones, normas y penalidades que establece el Islam en la actualidad. Igualmente, se dio pie al Derecho islámico, así como a sus ramas e interpretaciones.
En Occidente se suele asociar la sharía con la práctica de algunos castigos musulmanes. Estos castigos realmente son llamados hudûd e incluyen latigazos, lapidaciones o amputaciones a quienes cometan adulterio, robo y otros actos.
Por último, el análisis de Benmajluf sobre la sharía hace hincapié en el sostenimiento de estructuras de poder.
Por eso, las actuales prácticas de la ley islámica no están exentas de motivaciones autoritarias para mantener rígidas estructuras de dominación.