Jerusalén es una de las ciudades más antiguas del mundo y un punto clave para las tres principales religiones abrahámicas: judaísmo, cristianismo e islam. Su nombre, que significa “Ciudad de la Paz”, contrasta con su agitada historia, marcada por conflictos y conquistas. Hoy, pese a ser uno de los destinos turísticos más emblemáticos del planeta, la guerra entre Israel y Hamás ha dejado a sus antiguas calles y sitios sagrados con muy pocos visitantes.
Epicentro espiritual e histórico en disputa
A lo largo de los siglos, Jerusalén ha sido destruida al menos dos veces, sitiada en 23 oportunidades, capturada y recapturada 44 veces, y atacada en 52 ocasiones. La ciudad alberga sitios sagrados icónicos como el Muro de los Lamentos, el Domo de la Roca, la Vía Dolorosa y la Iglesia del Santo Sepulcro. Por siglos, millones de peregrinos y turistas recorrieron sus calles.
La ciudad también es un epicentro político. Israel y Palestina la reclaman como su capital. De hecho, bajo el Plan de Partición de las Naciones Unidas de 1947, Jerusalén estaba destinada a convertirse en un “corpus separatum” o entidad con un sistema especial, administrado por la ONU. Pero los eventos de la guerra de 1948 llevaron a la división de la ciudad: el oeste fue ocupado por Israel, mientras que el este quedó bajo control jordano. Tras la Guerra de los Seis Días de 1967, Israel anexó el este de la ciudad.
El presidente Donald Trump reconoció formalmente a Jerusalén como la capital de Israel el 6 de diciembre del 2017. Pese a esto, la comunidad internacional considera a Jerusalén Este, incluyendo la Ciudad Vieja, como parte de los territorios palestinos ocupados por los israelitas.
Tolerancia religiosa: una tensa calma
Pese a las disputas históricas, en nuestro recorrido por la ciudad pudimos percibir un clima de relativa calma y asombrosa tolerancia religiosa. Todo, dentro de un marco cargado de historia y simbolismo.
“Más allá de las críticas que puede haber en las políticas de Israel con relación a Jerusalén o a la población Palestina, desde ese momento una cosa está clara. Hoy en día hay total libertad religiosa dentro de Jerusalén. De hecho, los lugares santos de los musulmanes son custodiados por lo que se llama el Waqf, que es una organización musulmana completamente autónoma, que depende de los países árabes y que tiene en líneas generales una relación de colaboración con las autoridades israelíes”, dijo a La Noticia el historiador israelí, Yoel Schvartz.
“Con todos los conflictos, con todos los derramamientos de sangre, esa tolerancia religiosa se ha mantenido”, agregó.
Una “ciudad de paz” en medio de la guerra
El turismo es una parte fundamental de la economía en Jerusalén, pero ha sufrido severos altibajos debido a la inestabilidad en la región. Tras el inicio de la guerra entre Israel y Hamás el 7 de octubre del 2023, Israel experimentó una disminución del 80 % en la llegada de turistas internacionales en comparación con el mismo período del año anterior, según estadísticas de la Oficina Central de Estadísticas de Israel.
En marzo del 2024, las llegadas internacionales a Israel alcanzaron apenas 79,500 entradas, una cifra alarmante frente a las 375,600 registradas en marzo del 2023.
Hace unos años, era frecuente encontrar enormes multitudes haciendo fila para entrar a sitios como la Iglesia del Santo Sepulcro, en donde, según la tradición, fue crucificado Jesucristo. Hoy, se puede hacer todo el recorrido, prácticamente sin hacer fila.
Jerusalén: Coexistencia pese a los desafíos
Pese a los retos políticos y sociales, Jerusalén es un destino imprescindible para quienes buscan sumergirse en la espiritualidad, la historia y la diversidad cultural. La ciudad combina sus estrechas calles con una riqueza de tradiciones que cautivan a visitantes de todo el mundo.
En medio de tensiones y reconstrucción, Jerusalén recuerda al mundo la complejidad de su historia y la importancia de la coexistencia.
“No es que no tenemos problemas, tenemos muchos problemas, pero todavía el secreto es que hay algo, hay una característica de Jerusalén. Que acepta a todo el mundo como es. Aquí tenemos mucha diversidad y nadie está intentando convencer a nadie de ser otra cosa más que los que son”, dijo a La Noticia Fleur Hassan-Nahoum, Ex-vicealcaldesa de Jerusalén.
“Todo el mundo se acepta. Si están de acuerdo contigo o no es otra cosa, pero todo el mundo acepta. Esto es lo que hay, tenemos aquí un espíritu de Jerusalén. No importa que religión sea, hay algo especial de la identidad de Jerusalén, sea cristiana, musulmana o judía”, concluyó.