Las Carolinas se encuentran bajo la amenaza de una extraña bacteria que provoca escalofríos, dolor de estómago y llagas en la piel y puede llegar hasta acabar con la vida de quienes la adquieren.
De nombre vibrio, se trata de una una bacteria que, según las investigaciones, está enfermando a más personas y se encuentra con mayor frecuencia en mares, ríos y arroyos a lo largo de la costa de Carolina del Sur y Carolina del Norte.
Las personas que contraen infecciones por vibrio tóxico al nadar o manipular peces, cangrejos y camarones en ocasiones pueden notar cómo las toxinas comen su carne, convirtiendo pequeñas llagas en heridas abiertas.
El cambio climático propicia el incremento
De acuerdo con un reportaje publicado en The State, el calentamiento global, que está provocando un aumento del nivel del mar y la intensificación de las marejadas ciclónicas, es una de las principales razones por las que las cepas peligrosas de vibrio son una amenaza cada vez mayor para las personas.
Desde 2007, los informes de enfermedades por formas tóxicas de vibrio se han triplicado en Carolina del Sur y casi se han duplicado en Carolina del Norte, según estadísticas recabadas en la investigación.
El análisis realizado por Columbia Journalism Investigations en colaboración con McClatchy y el Center for Public Integrity, arrojó que los condados costeros que atraen a millones de turistas lideraron a ambos estados en tasas de infección por vibrio.
Se enfocan en COVID-19
Las infecciones por vibrio todavía se consideran poco comunes en una nación que ahora enfrenta la pandemia de COVID-19, que ha matado a cientos de miles de estadounidenses desde la primavera pasada.
Pero a medida que los esfuerzos se centran en detener la propagación del coronavirus, los científicos dicen que el clima cambiante también está expandiendo las amenazas para la salud, como las infecciones por vibrio, mismas que aumentarán con el tiempo.
El microbio, a menudo más peligroso durante el clima cálido, se arrastra hacia el norte y hacia el interior.
Cifras revelan aumento
Las infecciones anuales por formas peligrosas de vibrio han aumentado constantemente en Carolina del Norte y van de 21 a 41 casos desde 2007, según los datos de salud estatales más recientes.
En Carolina del Sur, la cantidad de infecciones cada año ha aumentado de 8 a 29 casos desde 2007. Pero el ascenso de Vibrio en las Carolinas refleja una tendencia más amplia.
Los casos de los tres tipos más comunes de vibrio tóxico se han duplicado a nivel nacional desde 2007, según datos analizados por Columbia Journalism Investigations.
El microbio está enfermando entre 1,200 y 2,000 personas cada año en todo el país, según los CDC. Pero los funcionarios federales de salud creen que es solo una fracción de las enfermedades porque muchas no se informan o se diagnostican erróneamente.
El CDC estima que al menos 80,000 personas se enferman de vibrio anualmente. Estas enfermedades cuestan colectivamente a la nación decenas de millones de dólares cada año en gastos de atención médica, según la revista Frontiers in Microbiology y un informe de investigadores de la Universidad de Carolina del Sur.
Comer mariscos crudos aumenta riesgo
Una buena parte del personal médico de las salas de emergencias no está muy familiarizado sobre cómo tratar a infectados por vibrio; mientras que personas con infecciones graves pueden ser difíciles de salvar.
Las agencias estatales dicen que hacen mucho para abordar el vibrio, como al desarrollar planes para controlar los brotes de vibrio en los mariscos, colocando letreros que advierten sobre la contaminación bacteriana en las vías fluviales y exigiendo que los restaurantes adviertan al público sobre los peligros de comer ostras crudas.
Pero el Departamento de Salud y Control Ambiental de Carolina del Sur dice que ha emitido solo un aviso de vibrio, un comunicado de prensa en 2013 sobre mariscos contaminados.
Poca información aumenta el desconocimiento
Proporcionar más aviso público y educación sobre el vibrio, así como desarrollar un sistema para pronosticar el brote de formas tóxicas del microbio, debería ser el enfoque de muchos científicos y funcionarios gubernamentales, sugieren expertos.
En 2015, investigadores de Carolina del Norte propusieron estudiar las infecciones por vibrio y cómo se relacionan con el calentamiento del planeta. Pero las solicitudes de datos de visitas a la sala de emergencias fueron rechazadas por una división del departamento de salud estatal que es responsable de rastrear enfermedades.
La división argumentó que la enfermedad era demasiado rara para que la información ayudara, según los registros estatales. La propuesta finalmente se abandonó.
Los gérmenes pueden afectar a cualquier persona, pero las personas con enfermedad hepática o con mala salud tienen más probabilidades de morir a causa de una infección por vibrio.
Riesgo de amputación y efectos colaterales
Las personas que sobreviven a menudo quedan marcadas de por vida, de acuerdo con la investigación.
La cepa conocida como vibrio vulnificus es la forma más tóxica y con mayor probabilidad de matar a las personas, causando infecciones en las heridas y, a veces, enviando toxinas al torrente sanguíneo que provocan el cierre de los órganos.
Para salvar a los enfermos de vibrio vulnificus, los médicos a veces amputan brazos o piernas infectados.
Aproximadamente la mitad de las personas con la reacción más grave al vibrio vulnificus, una afección llamada septicemia o sepsis, no sobreviven, según la Academia Estadounidense de Médicos de Familia.
Huracanes aumentan niveles de riesgo
Los huracanes pueden hacer que los niveles de vibrio aumenten y permanezcan en el agua durante meses.
Después del huracán Katrina hace 15 años, se supo de 22 infecciones por vibrio y cinco muertes a lo largo de la costa del Golfo en las primeras dos semanas después de la tormenta.
Más recientemente, el huracán Florence elevó los niveles de vibrio en algunas aguas costeras de Carolina del Norte y permaneció así durante meses.
Las estadísticas federales muestran que los niveles del mar son hoy alrededor de un pie más altos en secciones de la costa de Carolina que hace 100 años, y los científicos proyectan que el océano aumentará de 1 a 4 pies en el próximo siglo.