Europa está atravesando la duda de cómo detener el rebrote del COVID-19. La primera solución: la vuelta al confinamiento. Y es que el récord diario de contagios por coronavirus en Gran Bretaña, Francia, España, Alemania, República Checa e Italia está dejando a varias ciudades sin opciones para controlar su último brote.
Las primeras decisiones, como en el caso de Francia, se han centrado en retomar la cuarentena. Es así como decretaron un toque de queda a las 21:00 horas en muchas de sus principales ciudades desde este sábado hasta el 1 de diciembre.
“No iremos a restaurantes después de las 21:00 horas. No veremos a amigos. No celebraremos, porque así es como se transmite el virus", dijo Macron.
Holanda, or su parte, cerró bares y restaurantes esta semana. Mientras que Irlanda del Norte cerró las escuelas y negocios. En Bélgica, las principales universidades dijeron que impartirán clases online siempre que sea posible.
República Checa también suspendió clases tras confirmar en un día 900 personas por encima de su anterior récord. Advirtieron que los hospitales podrían alcanzar su máxima capacidad a finales de octubre. Italia registró también en los últimos días su mayor incremento de infecciones desde el inicio de la pandemia, al igual que Alemania.
La canciller Angela Merkel y gobernadores estatales acordaron endurecer las normas sobre el uso de mascarillas, adelantaron la hora de cierre de los bares y limitaron el tamaño de las reuniones en lugares con altas tasas de contagio.
Dueños de restaurantes, cines y teatros de algunas ciudades están molestos por las medidas y preocupados por la economía.
Rebrote de COVID-19 todavía es manejable
Autoridades de estos países, como el centro de control de enfermedades alemán, aseguran que
“todavía podemos reprimir la propagación, el crecimiento exponencial" del virus.
Sin embargo, dejaron claro que se necesitarían más esfuerzos. En ese sentido, instaron a la población a ser más cuidadosos en las medidas de prevención antes de legar a “medidas muy drásticas”.
La Organización Mundial de la Salud pidió a los países que sean “intransigentes” en sus intentos de controlar el virus, ya que la mayor cantidad de contagios de COVID-19 se produce en hogares, espacios interiores y poblaciones que no acatan las medidas de protección. Así lo indicó el doctor Hans Kluge en conferencia de prensa.
“El objetivo de estas medidas es mantenernos por delante de la curva y aplanar su trayectoria. Nos corresponde aceptarlas en tanto sean fáciles de aplicar”, dijo Kluge.
Modelos epidemiológicos citados por Kluge indican que si el 95% de las personas usan mascarillas y acatan el distanciamiento social, Europa podría evitar 281,000 muertes para febrero. Advirtió que el relajamiento de las medidas podría quintuplicar las muertes en enero.
“La evolución de la epidemia en Europa es motivo de gran preocupación”, dijo. “Pero no debemos evitar las medidas relativamente menores para evitar las mismas acciones tan dañinas que vimos en el primer pico”.
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