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La pandemia de coronavirus provocó una debacle financiera no vista desde la Gran Depresión de hace 90 años, pero más allá del carácter acelerador que tuvo el virus para llevar a un punto crítico a la economía, años atrás diversos economistas predijeron un reordenamiento en el mercado laboral, los trabajadores inmigrantes son un grupo vulnerable.

Y es que el enfoque de la discusión entre los expertos financieros se ha centrado principalmente en las transformaciones que traerán la automatización y la deslocalización derivadas como respuesta a la emergencia sanitaria, sin tomar en cuenta la irrupción de los inmigrantes como nuevos personajes de poder en el tablero de juego.

Los trabajadores de origen inmigrante —tanto inmigrantes como sus hijos nacidos en Estados Unidos— han sido impulsores del crecimiento de la fuerza laboral de este país en los últimos años.

Constante crecimiento de la fuerza laboral inmigrante

Tan solo en la actualidad, representan el 28 % de todos los trabajadores en Estados Unidos frente al 25 % que eran en 2010, mientras que en el 2000 suponían alrededor del 20 % del total. Las proyecciones sugieren que ellos impulsarán el crecimiento laboral hasta 2035.

El informe, Navegando por el Futuro del Trabajo: el papel de los trabajadores de origen inmigrante en la cambiante economía de los Estados Unidos, utiliza datos de la Oficina del Censo de Estados Unidos y la Oficina de Estadísticas Laborales, así como proyecciones específicas de ocupación para la automatización y la deslocalización.

Se reduce la brecha

A pesar de un futuro económico que se hizo más incierto por las consecuencias de COVID-19; el informe encuentra que los trabajadores de origen inmigrante tienen prácticamente las mismas perspectivas de crecimiento y disminución del empleo en el futuro; que otros trabajadores estadounidenses.

En 2018, el 22 % de los trabajadores de origen inmigrante tenían trabajos en sectores laborales de alto crecimiento; en comparación con el 24 % de los trabajadores de tercera o mayor generación.

Por otro lado, el 26 % de los trabajadores de origen inmigrante estaban en ocupaciones proyectadas a disminuir; en comparación con el 29 % de los trabajadores de tercera o mayor generación.

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Las áreas de salud son ya consideradas trabajos del futuro ante la emergencia sanitaria (Foto: Archivo)

Latinos, con menos probabilidades

Tanto los latinos de origen inmigrante como los latinos de tercera generación o superior tienen menos probabilidades; que los trabajadores de otros grupos raciales o étnicos; de ocupar puestos de trabajo destacados en el futuro y es más probable que tengan puestos de trabajo susceptibles de declinar; debido a la automatización y la deslocalización.

Es así que el panorama es más brillante para otros trabajadores. Debido, al menos en parte, a su alto nivel educativo promedio; los trabajadores negros de origen inmigrante estuvieron sobre representados en los trabajos del futuro en 2018; particularmente en la atención médica y el apoyo a la atención médica.

Y los trabajadores blancos y asiático-americanos e isleños del Pacífico (AAPI), en particular los de origen inmigrante; están bien posicionados para los trabajos del futuro; manteniéndolos en tasas más altas y disminuyendo los trabajos a tasas más bajas en 2018 que los trabajadores de origen inmigrante en general.

Es así que según el informe, los trabajos del futuro serán principalmente de alta o mediana calificación, con especial concentración en los sectores de atención de la salud, educación, administración y servicios sociales. Los trabajadores inmigrantes siguen en el limbo.