Dejar ir a un hijo en la universidad es complicado pero si es tiempos de pandemia es aún más difícil. Elsa Viveros-Harrington dejó hace unos días a su hijo Daniel en la Universidad. La familia completa manejó ocho horas desde Orlando, Florida, ciudad en donde viven, para llegar a Davidson, Carolina del Norte.
La despedida fue dura. Muchas preocupaciones pasaron por la mente de Elsa: “Es la primera vez que mando a un hijo a la universidad, entonces no sé si todo sería diferente en situaciones normales” asegura. Pero ellos vivieron días previos de mucho estrés debido al constante cambio de fechas y procedimientos. “Fue todo una locura”, prosigue.

Empacar ropa para los hijos, junto con mascarillas y desinfectante
Estados Unidos es el país más afectado por el COVID-19 en el mundo, tanto en número de casos como en muertes, esto le agrega un nivel de temor adicional, al ya emocional evento de mandar a tu hijo a la universidad por primera vez.
“Tuvimos que empacar todo lo que Daniel va a necesitar dentro del dormitorio y además hay que mandarle máscaras, sanitizantes y artículos para que limpie”, comenta Elsa.

Aunque la Universidad de Davidson solo pidió a los padres enviarles dos mascarillas, a Elsa le preocupa mucho que su hijo pueda contagiarse de COVID-19 por lo que lo mandó con una cantidad industrial de desinfectante de manos además de una caja con 50 máscarillas desechables porque ella no está segura de que su hijo tenga tiempo de lavar las mascarillas proporcionadas por la escuela.
¿Cómo se prepara una Universidad para recibir a los alumnos en pandemia?
Algo que trajo un poco de tranquilidad a Elsa fue que la Universidad hizo reglamentario que los alumnos tomaran una prueba de COVID-19 antes de presentarse al campus.
“Se lo mandaron una semana antes de presentarse. Tenían que tomar el test, mandarlo y hasta que no tenían los resultados no les daban las llaves de su cuarto”, relata Elsa.
Por otro lado, todos en este campus requieren usar mascarillas todo el tiempo. Además de que hay muchos letreros para recordar a los alumnos que deben mantener el distanciamiento social para evitar los contagios. Elsa encontró que muchas secciones del campus están cerradas, y no hay muchos sitios en donde sentarse para evitar las aglomeraciones de alumnos.
Además, la Universidad dio la opción a los alumnos de tomar clases presenciales o en línea. De esta manera se reduce el aforo de alumnos en el campus. Esto da la oportunidad a la Universidad de Davidson a tener dormitorios vacíos, que serán usados para aislar a los estudiantes en caso de que se enfermen.
El campus ofrecerá a los estudiantes todos los servicios médicos en caso de contraer COVID-19. Un doctor especialista en epidemiología está a cargo de la atención a los alumnos.
Y aunque Elsa y su esposo Skip estarían más tranquilos si Daniel iniciara sus estudios a distancia, el joven quería asistir de manera presencial. Esto debido a que practica fútbol, una de las actividades deportivas que se practican en Davidson.
La pandemia: una experiencia universitaria poco normal
Para Elsa la principal preocupación es la pandemia. “Literalmente desde marzo, que las escuelas se cancelaron, Daniel no ha salido de la casa. Si salió diez veces fueron muchas. Y ahora va a estar muy expuesto al virus”, comenta. “Obviamente me preocupa mucho que se enferme”.
A esa preocupación le suma que su hijo va a vivir una experiencia universitaria completamente diferente de lo que sería en situaciones normales.
“Creo que Daniel sí entiende la gravedad de la pandemia y quiero pensar que se fue con un poco de miedo. Espero que eso le ayude y se proteja”, concluye Elsa.