Cuando la pandemia del coronavirus comenzó, Miguel Ávila se vio forzado a tomar una decisión difícil.
En ese entonces trabajaba en una empresa de tecnología, pero el negocio de construcción de piscinas de su familia, Daily View Pools, estaba pasando por un momento económico delicado.
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“Definitivamente hubo una baja en la cantidad de trabajo que podíamos hacer'', dijo Ávila. “A mucha gente le daba miedo tener obreros en sus hogares.”
Con una caída en los ingresos de un 40 %, señala que se sentía responsable de apoyar a su familia. Recuerda que fue su idea comenzar la compañía en el 2016. Fuera de él, toda su familia depende de los ingresos de ese negocio para vivir.
“Sentía que necesitaba ayudarlos durante ese período de dificultad. Eso hizo que me enfocara menos en mi trabajo, y más en apoyar a mi familia.”
Ávila menciona que al dedicar sus esfuerzos para ayudar a recuperar el negocio familiar, comenzó a fallar en el empleo que tenía en la compañía de tecnología. Al poco tiempo, lo despidieron.
“Sabía que era inevitable,” explicó Ávila. “Sentía que tenía que elegir entre enfocar mi tiempo y energía en ayudar a mi familia a seguir con el negocio y mantener a todos los empleados o enfocarme en mí y decirles: ‘perdón, ese no es mi problema.’”
Miguel Avila sentía una responsabilidad para ayudar a su negocio de construcción de piscinas de su familia ya que aquel fue impactado económicamente por el COVID-19.
Beca tecnológica de Charlotte le dio esperanza
A los pocos días de perder su trabajo, según comenta, recibió un salvavidas. Fue aceptado en Tech Elevator, un programa de entrenamiento de programación tecnológica de 14 semanas que prepara a sus estudiantes para que sean desarrolladores de software.
Ávila indica que solicitó entrar al programa con la esperanza de fortalecer sus habilidades de codificación, las cuales le servirían para automatizar algunos de los trabajos en el negocio familiar de construcción.
“Creo que este programa fue perfecto porque me brindó la flexibilidad para trabajar en aquello en lo que necesitaba y ampliar mis habilidades tecnológicas, al tiempo que ayudaba a mi familia'', explicó.
La ciudad de Charlotte se asoció con Tech Elevator y aportó becas para 11 estudiantes. Se utilizó dinero del CARES Act para cubrir el costo de $15,000 del programa para ayudar a personas que habían sido afectadas financieramente por el COVID-19, como fue le caso de Ávila.
“Todo lo que había ahorrado durante el año y medio que llevaba trabajando lo utilicé para ayudar al negocio de mi familia. Básicamente me quedé sin plata,” comentó Ávila. “El hecho de haber recibido la beca fue lo que me dio la oportunidad de hacer parte del programa. De otra manera, no hubiese podido hacerlo.”
Ávila se graduó del programa en marzo y dice que lo que aprendió lo va a ayudar a mejorar el negocio familiar.
La capacitación tecnológica abre oportunidades
Kelly Brucker, una de las directoras del programa de Tech Elevator considera que durante una época económicamente inestable, cambiar a la industria tecnológica le da más seguridad laboral a estos estudiantes.
“La codificación es una de las habilidades con mayor demanda en este momento'', explicó Brucker.
Menciona que los estudiantes que completan el curso de Tech Elevator tienen, en promedio, un aumento en ingresos de $20,000 al año. Hoy algunos ex-alumnos del programa trabajan en compañías como Uber, Facebook y Google.
“No solo van a tener más seguridad financiera, si no que van a tener más seguridad laboral. Porque así sean despedidos de sus trabajos, va a ser mucho más fácil encontrar un nuevo empleo,” dijo Brucker.
La directora comenta que el 100 % de los estudiantes del grupo de Charlotte se graduaron del programa. Agrega que junto con Ávila, había un conductor de tren, un chef y un fotógrafo. Alrededor de la mitad de los estudiantes se habían graduado de la universidad.
“Tuvimos estudiantes con muy buenas hojas de vida, y estudiantes que necesitaban trabajar mucho para mejorarlas. Tuvimos estudiantes que nunca habían pasado por una entrevista profesional en su vida. Algunos tenían experiencia con la codificación y otros que no tenían ninguna”
Gracias a lo aprendido en Tech Elevator, Ávila dice que espera poder trabajar como desarrollador de software por unos años, a fin de obtener más experiencia y seguir ayudando a su familia a expandir el negocio.
Puedes leer la nota en inglés: Charlotte Program Gives These Residents Affected By COVID-19 Opportunity To Shift Careers To Tech
Este artículo es parte de una serie colaborativa que examina el impacto económico del COVID-19 en las comunidades afroamericanas y latinas. La serie se produce a través de una colaboración entre WFAE, Charlotte Ledger, QCity Metro, y La Noticia. Cuenta con el apoyo de fondos de Facebook, el Fondo del Laboratorio de Noticias Locales de Carolina del Norte (NC Local News Lab Fund), Google, y los miembros de WFAE.