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Luego de recibir un diagnóstico de cáncer, los pacientes y sus familias deben tomar la decisión acerca del tratamiento al cual se van a someter. Para Amarilis Martínez, una sobreviviente de esta enfermedad, la solución fue muy clara: “Yo no quería tener que adivinar. Yo preferí quitarme el seno”, comentó a La Noticia.

Con este tratamiento, la dominicana aceleró el proceso de recuperarse del cáncer y continuar con el mismo estilo de vida: velar por sus dos hijos y continuar trabajando. Este procedimiento fue en el 2019. Hoy, luego de tres años, Amarilis mantiene un estilo de vida muy activo. Baila zumba, trabaja con servicios de mudanzas, asiste a cursos de cocina y realiza actividades en parques.

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“Dios me mandó a ese lugar”

Martínez se mudó a Carolina del Norte en 1996. Desde entonces, trabajó en fábricas y con envío de paquetes para mudanzas y otros traslados. En el 2019, llevaba a su hijo al médico cuando un panfleto llamó su atención. Era un aviso sobre jornadas de mamografías.

Yo ya tenía una cita antes, pero la perdí y esto fue como que Dios me mandó a ese lugar, porque vi que decía mamografía, fui y me hicieron la cita para el mes siguiente. Cuando fui, me hicieron todos los exámenes y paso de una máquina a otra. Me mandan a hacer una biopsia. Luego me llamaron y me dijeron que era positivo de cáncer de seno. Me lo dijeron por teléfono, a lo crudo y sin vaselina me dijeron que tenía cáncer. En ese momento se me vino el mundo encima”, comentó.

Amarilis relata que cuando escuchó la palabra “cáncer”, le costó procesar la situación en la que se encontraba. En ese momento, no sabía qué existían etapas del cáncer o en qué consistía cada una de ellas. Por sus propios medios, comenzó a investigar todo sobre células cancerígenas.

Cuando me atreví a ir con el médico, ella me explicó que me tenían que hacer otra biopsia y me dijo que había diferente formas de tratarlo para saber exactamente qué tan grave es la situación”, dijo.

Mastectomía

El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) señala que para determinar el mejor tratamiento para el cáncer de mama se deben realizar estudios médicos y conocer el grado de diseminación de la enfermedad. Las distintas alternativas son: cirugía para cortar el tejido cancerígeno, quimioterapia, terapia hormonal, terapia biológica y radioterapia. Amarilis optó por la primera.

Me ofrecieron varias opciones, pero yo opté porque me quitaran el seno y mi decisión realmente fue determinante. Yo no quería adivinar si me daban quimio o radiaciones. Yo no quería ese sufrimiento de sí se eliminó o no se eliminó. Yo tomé la decisión drástica de quitarme el seno. De hecho, yo quería que fueran los dos porque temía que luego me volviera el cáncer al otro seno y tener que pasar por otro tratamiento u otro proceso, pero me explicaron que no era necesario”, explicó.

A la mujer le extirparon el seno y le indicaron que debía tomar pastillas por cinco años para prevenir que el cáncer volviera, como ocurre en algunos casos.

Desde los 14 años, Amarilis trabajó en el sector de la salud en República Dominicana. Durante 9 años cumplió funciones como técnico de radiología. “Lo que es la técnica, los números, las máquinas son cosas que no se olvidan. Uno se lo aprende de memoria”, recordó.

Cuando uno es técnico de radiología, uno se pone hasta un traje de plomo grande. Uno se da cuenta de lo importante y lo peligroso de la radiación, porque esto te destruye los organismos. Es como meter una manzana en un microondas por 10 minutos, es fácil imaginar lo que pasa. Entonces, ya uno sabe que eso te daña, que eso pone débiles a las personas”, advirtió.

“El apoyo familiar es lo básico”

Amarilis ha sido el tercer miembro de su familia con cáncer. Su tío y su padre fallecieron por cáncer de pulmón. “Mi padre descubrió que él tenía cáncer, pero él no quería que me dijeran nada a mí por mi situación, yo también estaba luchando contra el cáncer. Cuando le descubrieron el cáncer ya era muy tarde”, comentó.

Con 13 años, Martínez se independizó y comenzó a trabajar y estudiar por su cuenta. Para ella, todas las experiencias por las que tuvo que pasar siendo muy joven le dieron la fortaleza que necesitaba para ver cada problema como una oportunidad para ser fuerte y optimista

Una persona una vez me dijo que no hablara mucho de eso (de mi cáncer), pero yo tomé la decisión de decirlo. Yo le dije a todo el mundo que yo podía con eso, porque muchas personas con fe me pusieron en oración. Mi familia, toda, me apoyó y yo pienso que el apoyo familiar es lo básico y sin perder la fe de que todo va a estar bien”, expresó.

El optar por mastectomía, le ha permitido a Amarilis continuar trabajando con el envío de paquetería y mudanza. Aunque considera que es un trabajo muy pesado, este le permite pagar las cuentas y ayudar a sus hijos con sus estudios. “Ya cuando están los hijos, tienes que buscar la forma de sobrevivir, cómo sea”, dijo.

Yo soy un paquete completo. Yo manejo, traslado las cajas, a veces ayudo a armar las cajas, las cierro, sirvo de secretaria, meto las cajas al camión y manejó hasta el destino que me toque, a veces son 10 o 12 horas corridas, pero manejar me ayuda a no pensar tanto. Porque aunque una mujer diga que no, si afecta tomar esta decisión drástica (mastectomía). Aunque uno no nace con senos, ya cuando los tienes y luego te ves en el espejo sin ellos, esto es fuerte, de a ratos te baja la autoestima. Como yo me he mantenido muy ocupada, a veces no pienso en eso, pero hay momentos en los que pienso en eso y esto es normal porque yo soy un ser humano”, relató.

Hablar sobre el cáncer de seno

Para la dominicana, el mejor concepto que se le puede dar a una mujer con cáncer de seno, es hablar de esto con todos sus conocidos y no prestar atención a las posturas radicales que a veces suponen pasar por el tratamiento en el país estadounidense. Entre estas, el racismo que puede tener a veces el personal médico por el tema del idioma.

A la hora de la hora, cuando tú te mueres, a ti te meten en un hoyo. Todos vamos para lo mismo. Entonces, el hecho de ser latina a mí me hace sentir orgullosa y no pongo atención en personas racistas, porque las considero ignorantes, brutas. Personas a quienes es mejor ignorar”, dijo.

Del mismo modo, la mujer sobreviviente al cáncer de seno recomendó: “Si usted está pasando por esto, pida opinión y dígalo, porque hay personas que piensan mucho y no hablan o se preocupan por temas, vamos como de sí se van a quedar o no con un seno, pero si usted quiere vivir usted tiene que hablar, indagar, leer, porque si usted no se cuida a sí mismo, nadie va a venir a cuidarte. Tú tienes que quererte primero y después querer a los demás”.

Para aumentar el acceso a las mamografías, Atrium Health se encuentra trabajando con el Instituto de Cáncer Levine en el proyecto Pink. Las donaciones que ha recibido la iniciativa permitirán ofrecer días gratis para hacerse una evaluación.

Para inscribirse para una cita de evaluación, llame al 980-442-3056 o envíe un correo electrónico a LCIProjectPink@atriumhealth.org. Para realizar donaciones, pueden ingresar al siguiente enlace.

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Periodista de profesión, ávida lectora por vocación. Tiene un máster en Ciencias Criminológicas de la Universidad del Zulia, Venezuela. Le apasiona conocer nuevas realidades y contarlas.