Vivir conforme a la ley de Dios implica cumplir los 10 mandamientos que escribió Jesús como principios que rigen las acciones.
¿Qué son los Diez Mandamientos?
Los Diez Mandamientos, también llamados Decálogo, son un conjunto de leyes o principios éticos y religiosos que dictan el comportamiento de judíos y cristianos.
Están escritos en el Antiguo Testamento, libro del Éxodo 20:1–17 y Deuteronomio (capítulo 5).
Se conocen como la Ley dada por Dios al pueblo de Israel durante la Alianza hecha a través de Moisés, cuando los judíos peregrinaron por el desierto en busca de la tierra prometida. Y esta es la razón por la que la tradición cristiana los enumera diferente al judaísmo, incluso tienen algunas ligeras diferencias, aunque en esencia son las mismas.
Estos son los 10 Mandamientos de la Ley de Dios y su significado:
- Amarás a Dios sobre todas las cosas.
Invita a amar, servir y respetar a Dios en cuerpo, alma y corazón. Solo es posible seguirlo cuando se tiene la fe y creencia de que hay un Dios único, creador y todopoderoso. Este precepto incluye no adorar ni rendir culto a ningún ídolo o figura, ya sea material o simbólico. - No tomarás el Nombre de Dios en vano.
No se debe jurar en nombre de Dios innecesariamente ni usarlo para maldecir, blasfemar, mentir, atacar a otros. en lugar de eso se debe glorificar su nombre. - Santificarás las fiestas.
Dios pide respetar el séptimo día como descanso, que es el domingo. Y se convoca a aprovecharlo para cuidar la relación con Él a través de la Santa Misa y pasar tiempo con los seres queridos que fortalecen el crecimiento espiritual. - Honrarás a tu padre y a tu madre.
Padre y madre dan el don de la vida, el cuerpo terrenal y en agradecimiento Dios exige brindarles amor, cuidado y respeto. También significa seguir sus guías convirtiéndonos en personas de bien. - No matarás.
La vida es un regalo de Dios y se condena el asesinato y la violencia por ir en contra del buen comportamiento. Sobretodo, porque violan el derecho divino de la vida que solo Dios tiene el derecho de quitar. - No cometerás actos impuros.
Estos actos son: el adulterio, la infidelidad, la violación y otros actos de lujuria que comprometan la integridad moral o física de las personas. Llama a la necesidad de controlar los impulsos carnales, propiciar el respeto al otro y la santificación del matrimonio. - No robarás.
El hurto o robo es un acto de deshonestidad e injusticia que puede dejar a otros sin bienes por el beneficio propio, lo cual es inaceptable. - No dirás falso testimonio ni mentirás.
Los creyentes no deben mentir o decir calumnias contra el prójimo para dañarlo y destruir su moral. - No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
De la mano del sexto mandamiento tampoco se debe admitir pensamientos o deseos relacionados con la sexualidad y el adulterio. - No codiciarás los bienes ajenos.
La envidia llena a las personas de odio, infelicidad e insatisfacción y los invita a endeudarse o cometer robos o asesinatos para conseguir los bienes que quiere poseer por avaricia, más que por necesidad.
Los diez mandamientos de la ley judía son los siguientes:
- No tendrás otros dioses delante de mí.
- No te harás ninguna escultura y ninguna imagen de lo que hay arriba, en el cielo, o abajo, en la tierra, o debajo de la tierra, en las aguas. No te postrarás ante ellas, ni les rendirás culto, porque yo soy el Señor, tu Dios, un Dios celoso, que castigo la maldad de los padres en los hijos, hasta la tercera y cuarta generación, si ellos me aborrecen; y tengo misericordia a lo largo de mil generaciones, si me aman y cumplen mis mandamientos.
- No pronunciarás en vano el nombre del Señor, tu Dios, porque él no dejará sin castigo al que lo pronuncie en vano.
- Acuérdate del día sábado para santificarlo. Durante seis días trabajarás y harás todas tus tareas; pero el séptimo es día de descanso en honor del Señor, tu Dios. En él no harán ningún trabajo, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tus animales, ni el extranjero que reside en tus ciudades. Porque en seis días el Señor hizo el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, pero el séptimo día descansó. Por eso el Señor bendijo el día sábado y lo declaró santo.
- Honra a tu padre y a tu madre, para que tengas una larga vida en la tierra que el Señor, tu Dios, te da.
- No matarás.
- No cometerás adulterio.
- No robarás.
- No darás falso testimonio contra tu prójimo.
- No codiciarás la casa de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni ninguna otra cosa que le pertenezca.