Pumas, onceavo lugar en la tabla, se internó en el Estadio Azteca sin nada que perder y salió vestido de gloria tras derrotar 1-3 al América y sacudirse el dominio azulcrema de los últimos enfrentamientos en Liguilla.
Contrario al partido de ida, América brincó a la cancha en la vuelta con una postura ofensiva: su mejor delantero, Roger Martínez y el seleccionado nacional Henry Martín como ejes de ataque.
El simple cambio en la alineación se vio reflejado en el marcador cuando iniciando el partido, Roger Martínez se internó en el área y fue derribado por Erick Lira. Emmanuel Aguilera mandó el balón al fondo de las redes.
Pero el gol vino acompañado del final de la fiesta americanista, porque después del 1-0, el resto del partido se tiño azul y oro.
Un inspirado Alan Mozo terminó exhibió y acabó con un timorato América que jugó como si no hubiera liderado el torneo regular. Tres centros del lateral fueron tres estocadas que fueron acabando con el poco carácter de las Águilas gol tras gol.
El propio Mozo, Washington Corozo e Higor Meritao fueron los verdugos que ejecutaron una condena que el propio América se impuso: la mediocridad.
Por otro lado, con sus limitantes, Pumas aplastó al América para ponerle el ejemplo de como se debe jugar la Liguilla: con garra, buen juego y sobre todo, sin miedo.
Fue así como los Pumas de Andrés Lillini, aunque eran inferiores en la tabla, son justos Semifinalistas por ser superiores en todos los aspectos que requiere el futbol para ser ganador.