Durante años la leche entera ha sido vista con recelo, pero su alto valor nutricional dice que no debemos eliminarla del consumo diario. Recientes estudios concluyen que la leche entera es incluso más beneficiosa que la baja en grasas.
Escoger los lácteos más convenientes para nuestro organismo requiere de un proceso de análisis. Lo primero debería ser consultar con un dietista o nutricionista, para analizar el caso en particular. La gran variedad de leches en el mercado invitan a consumir las vendidas como las más sanas, como las bajas en grasas. No obstante, últimamente la leche entera ha retomado valor.
Un poco de razonamiento
Las Pautas dietéticas para estadounidenses 2015-2020 recomiendan el consumo de lácteos bajos en grasa y sin grasa como parte de un patrón de alimentación saludable. Los beneficios de estas guías se centran en reducir la diabetes, enfermedades cardiovasculares y la obesidad.
En contraparte, un estudio reciente publicado en la revista internacional de la Sociedad Estadounidense de Nutrición, dice que no hay respaldo convincente para la recomendación de consumir solo lácteos bajos en grasa y sin grasa y evitar los productos lácteos con grasa para apoyar la salud cardiometabólica
.
A partir de la mencionada investigación y muchas otras se ha ido desmitificando los riesgos de la leche entera en la dieta diaria.
El valor de la leche
La leche entera aporta todos los nutrientes de la grasa, proteínas, calcio, fósforo, potasio, zinc, vitaminas A, B6, B12 y D y riboflavina. De esa forma brinda beneficios en la salud:
- Huesos y dientes sanos.
- Recuperación muscular.
- Regulación de la presión arterial.
- Memoria e inteligencia activas.
- Reducción de riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Variedad de opciones
Estamos rodeados de una variedad amplia de opciones de leche: entera, baja en grasas, deslactosada, descremada, de soja, de almendras. La elección debería ir de acuerdo con las prioridades nutricionales que tengamos. De esa forma escogemos el contenido calórico que nos interesa, ajustamos también acorde a la edad, a las condiciones de digestibilidad, intolerancias y, por supuesto, al gusto del paladar.
En el caso de los niños y adolescentes la leche entera es la más conveniente, debido a que el proceso de crecimiento y desarrollo en esta etapa exige mayores nutrientes.
¿Amiga o enemiga?
Desde pequeños creamos una conexión con la leche que la hace formar parte de nuestra vida. Pero, la gran disparidad entre las opiniones sobre los beneficios que aporta a la salud, así como cuál es la más conveniente nos hace dudar del consumo diario. Lo pertinente es que cada persona haga sus propios estudios, ya que cada cuerpo es diferente.
Consumir lácteos ricos en nutrientes es lo más importante al momento de escoger una dieta para la familia. Aun así se recomienda evaluar las condiciones específicas en las personas con enfermedades que cuestionan el consumo de leche, a fin de ajustar las preferencias.