Todos ganan: las fuerzas armadas cubren su cuota de personal y los inmigrantes encuentran empleo, prestaciones educativas y entrenamiento, así como una ruta rápida para convertirse en ciudadanos estadounidenses. Ese es el balance de una exitosa estrategia de reclutar a inmigrantes legales en el Ejército, la Fuerza Aérea y Armada de Estados Unidos.
No todos saben que esto es posible, y por ello buscan atraer a los residentes legales a que se alisten, difundiendo folletos, haciendo promoción en redes sociales y ampliando su acercamiento a la comunidad, en especial en zonas marginadas.
¿Por qué los inmigrantes son candidatos de las fuerzas armadas estadounidenses?
Existe un déficit de nuevas incorporaciones en los servicios militares. En parte debido a que compiten con los empleos del sector privado, que son menos riesgosos y mejor remunerados. Además, las áreas corporativas proporcionan una educación similar y otras prestaciones.
Lejos de eso, hay que notar que poco más del 20 % de los jóvenes nacionales cumple con los requisitos físicos, mentales y de carácter para alistarse. Y como un aspecto en favor de los migrantes, es que cuentan con un arraigo y conexión con el país que los ha arropado, lo que facilita atraerlos a prestar servicio en defensa de Estados Unidos:
"Tenemos amplias poblaciones de residentes legales que son excepcionalmente patriotas, están excepcionalmente agradecidos con las oportunidades que este país les ha brindado",
dijo el mayor general Ed Thomas de la Fuerza Aérea, jefe del mando de reclutamiento del servicio.
Esto ha desencadenado la implementación de una amplia serie de nuevos programas de reclutamiento, campañas publicitarias y otros incentivos.
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Superando los retos ofreciendo lo que todos anhelan
Los inmigrantes también están conscientes de que en las fuerzas armadas corren el riesgo de sufrir lesiones o la muerte. Así que dentro de los programas de reclutamiento incorporaron un beneficio por el que muchos se animan: obtener la naturalización.
En octubre del año pasado, el Ejército retomó un programa para residentes permanentes legales con el fin de que solicitaran la naturalización acelerada en cuanto lleguen al entrenamiento básico. Los reclutadores empezaron a contactarlos en redes sociales, valiéndose de videos cortos en distintos idiomas para dirigirse a personas provenientes de los 10 principales países de los que llegaron los reclutas del año anterior.
Con el nuevo programa, los reclutas son inscritos rápidamente en el sistema para otorgarles la ciudadanía, y cuando empiezan el entrenamiento básico, arranca un proceso expedito que incluye toda la documentación y las pruebas obligatorias. Para cuando los nuevos miembros de la Fuerza Aérea concluyen sus siete semanas de entrenamiento, el proceso ha concluido y prestan juramento como ciudadanos estadounidenses.
¿Cómo llegar al grupo correcto de migrantes?
No obstante, por el lado de los reclutadores los retos no son menores, pues no es fácil:
- identificar enclaves geográficos de poblaciones de migrantes,
- encontrar formas de llegar a ellos,
- efectuar investigación adicional sobre sus antecedentes para asegurarse de que no haya riesgos de seguridad
- y ayudar a los que estén interesados en ingresar a completar las complejas solicitudes de reclutamiento y procedimientos de las fuerzas armadas. Esto incluye asesorarlos en llenar los formularios, sobre todo a los que tienen menos dominio del inglés.
Para minimizar algunos obstáculos, un elemento clave es el uso de reclutadores con antecedentes similares a los de los posibles reclutas:
“Una cosa es que los locales te hablen sobre las fuerzas armadas, pero otra es que lo haga tu hermano compatriota, de tu país de origen”, dijo Esmita Spudes Bidari, que hizo el juramento para incorporarse a las Reservas del Ejército de Estados Unidos, gracias en parte a un reclutador en Dallas nepalés como ella y que la contactó mediante un grupo en línea.
Los sueños se hacen realidad
Esmita Spudes Bidari soñaba en su natal Nepal con estar en las fuerzas armadas, pero en su país no era una posibilidad real.
"Cuando era niña pequeña, siempre los admiré (a los soldados). Ayer, cuando pude hacer mi juramento… no creo tener las palabras para explicar realmente cómo me sentí. Cuando me dijeron: ‘Bienvenida, futura soldado’, pensé: ‘Oh Dios mío, esto está sucediendo’".
Bidari.
Llegó a Estados Unidos en 2016 para estudiar en la universidad. En una llamada telefónica desde Chicago un día después de que prestara juramento, dijo que se alistó por un periodo de seis años y que espera que su futura ciudadanía le ayude a ascender a oficial. Esto también le facilitará viajar y traer a sus padres al país para que la visiten.
Bidari, que en agosto recibirá su entrenamiento básico, es la más reciente de un creciente número de migrantes legales que se están incorporando a las fuerzas armadas de Estados Unidos.
La iniciativa de reclutamiento de la Fuerza Aérea comenzó este año, y el primer grupo de 14 personas se graduó de entrenamiento básico y en abril prestó su juramento de ciudadanía. Entre ellos había reclutas de Camerún, Jamaica, Kenia, las Filipinas, Rusia y Sudáfrica. Para mediados de mayo había cerca de 100 personas en entrenamiento básico que habían iniciado el proceso para obtener la ciudadanía, y unas 40 que lo habían concluido.
En general en el Ejército, cerca de 2,900 personas se incorporaron durante la primera mitad de este año presupuestario, en comparación con unos 2,200 durante el mismo periodo el año pasado. Las cifras más grandes provienen de Jamaica, con 384, seguidas de México, las Filipinas y Haití, pero hay muchos reclutas de Nepal, Nigeria, Ghana, Camerún, Colombia y la República Dominicana.
Con información de The Associated Press.