Banu Valladares tiene 40 años que emigró de Venezuela a Estados Unidos, un tiempo en el que ha construido herramientas para estar al servicio de la comunidad latina y representar sus intereses.
Desde hace cinco años, Valladares se desempeña como Directora Ejecutiva de la Charlotte Bilingual Preschool (CltBP), un preescolar en donde se hablan dos idiomas (inglés y español), que ayuda a los niños a insertarse en el sistema educativo, al tiempo que refuerzan sus raíces. Además, se les brinda la oportunidad a las propias familias de ser parte de la educación de los niños, mientras se les ayuda a mejorar su condición económica.
Ella nunca imaginó estar al frente de una escuela, pues originalmente su interés académico eran las matemáticas. Sin embargo, una fuerza mayor la llevó a encontrar algo valioso que convirtió en un propósito de vida.
De las matemáticas a la literatura: ¿casualidad o causalidad?
“Yo venía a Estados Unidos a estudiar Ciencias de Computación; era buenísima en la matemática. Llegamos a Charlotte… Sentí la gran diferencia de la cultura americana, yo decía ‘¿dónde estaban mis raíces?, ¿dónde está mi gente?’, eso fue un cambio gigantesco. Y en ese proceso de pensar quién era yo, en qué idioma hablo, empecé a encontrar en la escritura mi propia voz y cambié de carrera. Me fui de Ciencias de Computación a Literatura Americana. Fue el principio de encontrar mi pasión por la educación”,
recordó Valladares en entrevista para La Noticia.
Tras sus estudios en la Universidad de Carolina del Norte (UNC) en Charlotte obtuvo una maestría en Literatura. Esa formación le permitió dirigir programas de arte y educación en todo el estado en el Consejo de Humanidades de Carolina del Norte, el Consejo de Artes de Carolina del Norte y SonEdna.
Valladares se destaca por una actitud servicial y tiene el don de crear. Su misión, asegura, es lograr asociaciones tanto nacionales como estatales y locales para mejorar las condiciones de vida de las comunidades minoritarias.
“En el 2014 salió el Chetty Report, que decía que Charlotte es la ciudad número 50 de 50 ciudades en Estados Unidos en cuanto a movilidad económica. En ese momento yo pensaba: ‘he estado trabajando en la comunidad latina todos estos años y estamos frenados… solo con 4.5 % de chance de salir adelante’. Verdaderamente me desilusioné. Dije ‘me voy a una montaña a meditar y suelto ese trabajo comunitario porque no sirve, está previsto’”,
recordó Valladares.
Ciertamente, el estudio al que hizo referencia ubicó a la Ciudad Reina en un panorama desolador a pesar de su economía en auge. Publicado por los profesores de Harvard Raj Chetty, Nathaniel Hendren, Patrick Kline y Emmanuel Sáez, reveló que si un niño nacía en un hogar pobre en Charlotte, tenían escasas posibilidades de ascender en la escala socioeconómica.
En busca de esperanza para los niños latinos

En medio de ese panorama caminaron juntos la desesperanza y la fe para traer un rayo de luz en el camino de Valladares y de la comunidad a la que ahora representa.
“Tuve un amigo que me dijo, ‘¿estás descontenta? Habla con lo que te escucha: el universo, Dios, lo que creas; pídele lo que quieres, y tienes que pedirlo con fe’. Verdaderamente, eso fue exactamente lo que hice. Dije ‘lo que me esté escuchando: yo tengo talentos, tengo energía, tengo pasión, ponme donde tengo que estar para ayudar a nuestra gente’. Fue bien especifica mi pregunta y, a la semana, me llama el recruiter (reclutador) para esta posición (en la escuelita bilingüe) y por supuesto no tenía ni idea de que esto era para mí. En el proceso de esa entrevista me di cuenta de mi pasión, en la manera como contestaba las respuestas: esto es para mí”,
aseguró.
Esa oportunidad de incorporarse al Charlotte Bilingual Preschool fue el comienzo de una carrera transformadora.
“Eso verdaderamente fue un cambio total, drástico, porque ¿cuándo pensé que iba a trabajar en la comunidad preescolar? Nunca, nunca se me había ocurrido… Nuestra gente viene sin dinero, sin el idioma, sin las conexiones comunitarias. Mi compasión crece y yo dije ‘pa’lante’. Aparte de que esto me da la oportunidad de decir si hay algo que puedo hacer que cambie el futuro, ese 4.5 % ‘pa’fuera’, vamos a crear algo donde nuestra gente salga adelante”,
dijo Valladares.
Charlotte Bilingual Preschool: una misión en acción
La Charlotte Bilingual Preschool (CltBP) atiende a unos 130 niños de 0 a 5 años. Otro plan incorpora a las familias, que suman 150 personas.
“La misión de Charlotte Bilingual Preschool es preparar a los niños al éxito en la vida y académico, proveyéndoles a ellos una educación temprana de alta calidad que también es multicultural. ¿Qué quiere decir esto? Proveemos un preescolar para familias que tienen dificultades económicas, gratis, en dos lenguajes: apoyamos el lenguaje natal y aprenden el nuevo lenguaje y con apoyo de la familia. Diseñamos una cantidad de programas con la familia para que ellos sepan apoyar a los niños en la educación en el futuro”,
explicó Valladares.
Un tercer Programa de Desarrollo de la Fuerza Laboral de CltBP surge de una necesidad interna de aumentar la capacidad de personal para brindar atención a los niños. El modelo de aprendizaje combina cursos en Central Piedmont Community College (CPCC) con una experiencia de campo remunerada de un año en CltBP que incluye capacitación en el aula, entrenamiento y tutorías.
Y parte de ese interés es seguir brindando los mejores resultados con la educación de calidad que aportan a los estudiantes:
“Nos hacen falta maestros. Hay una necesidad comunitaria de 3,00 niños que entran al CMS todos los años que son hispanohablantes. Nuestros chiquitos ––en nuestro estudio de seguimiento que le hemos dado–– sacan mejores calificaciones que todos los niños latinos en CMS de su edad, hasta el segundo grado, o sea que sabemos que lo que hacemos sirve, entonces nuestro sueño es crear esa oportunidad de darle cupo a 1,500 niños de los 3,000 que entran. Y eso es lo que nos emociona. La tercera parte de nuestros programas es desarrollo de trabajo para personas que quieren ser maestros de educación temprana”,
resaltó.
Valladares explicó que un tercio de los empleados de CltBP son las mismas familias. Como resultado, brindan la llamada movilidad económica con la que mejoran los ingresos y su calidad de vida.
La esperanza: una fuerza motivadora
“Yo soy bien estratégica, me gusta crecer las cosas y soy muy de inspirar a la gente. Y también me dicen que consigo una idea grande y me enamoro porque la veo clarita en el futuro, busco la estrategia para seguirla y agarro un equipo y le digo ‘vamos, porque yo no sé cómo hacerlo, pero vamos juntos y lo hacemos’”,
comentó.
Esas cualidades son fortalezas para el trabajo cotidiano de Valladares. Ella encontró en su forma de ser una motivación más allá de los retos:
“Esta parte de la esperanza… Ver a nuestros chiquitos salir adelante todos los días, agarrando los dos lenguajes, saliendo adelante, sacando mejores calificaciones que otros niños en todas las áreas de desarrollo”,
resaltó.
En medio de sus labores encuentra grandes desafíos:
“Pensábamos que nuestro reto eran los 300 niños en la lista de espera (para la escuelita), y cuando vimos la comunidad total eran 3,000 niños, entonces comenzamos a poner eso en marcha sistemas internos para movernos de la escuelita que tenía dos empleados, que hacían todo, a un sistema donde podemos llevar tres programas de alta calidad y seguir creciendo, eso ha sido un desafío, pero ha sido divino porque la comunidad responde y entiende, parte de esto es mensaje”,
dijo con ilusión.
Ser inmigrante crea empatía

Valladares no pudo evitar las irremediables comparaciones y hasta sentir una especie de culpa gracias a su empatía con los que ayuda en el día a día:
“Yo me levanto todos los días con comida, tengo el lujo de trabajar desde mi casa, el privilegio que tengo y nuestras familias vienen con energía, con ganas de salir adelante y ese es el reto, porque el sistema está creado de una manera para frenarlos”,
dijo.
Pero también reconoció cómo su condición de inmigrante la acercó a entender mejor lo que viven las familias que tiene alrededor:
“Mi historia de inmigración con mi privilegio de venir para acá, con dinero, con lenguaje, es un privilegio total, haber viajado por todas partes y yo me sentí aislada total. Siete años que yo no me hallaba, yo no encontraba quién era yo, me tomó tiempo, tuve amistades y eso, pero el cambio del enfoque comunitario al enfoque individual para mí fue gigantesco y no tener a mi familia, mi vecindario, mi escuela, mis amigas, se queda uno aquí en nada, y fue una experiencia tan específica que yo entiendo, uff, mira por dónde está pasando nuestra gente que tiene mayores barreras que yo”,
destacó.
En su análisis recordó que los desafíos propios de ser un inmigrante están en la manera de asumirlos, donde reconoció que cada persona necesita reconocer su valor.
“Las personas que me han influido a mí más han sido mi papá, mi mamá y mi abuelita. Mi abuelita me crio. Ellos venían de una pobreza total, había muy pocos recursos y ellos, a través de la persistencia, de la fe, salieron adelante. Y para mis padres, para mi abuelita, no había un ‘no’, el mundo no decía que ‘no’, el mundo decía que ‘sí’, y era una combinación de trabajar duro, pero soñar, y tener la fe de que uno con buen trabajo sale adelante, que creo me ha guiado en todo el trabajo que hago: tener fe”,
aseguró.
El trabajo que queda por hacer
Los resultados de Banu Valladares dirigiendo Charlotte Bilingual Preschool siguen en marcha, pero sabe que aún existen áreas por explorar:
“Los sistemas tienden a diseñarse para la mayoría, entonces se crea un margen y se queda la gente marginalizada, la gente que está afuera. Si seguimos diseñando para la mayoría, seguimos creando marginalización. Qué tal si diseñamos desde aquí, desde el margen, diseñar pensando ‘ok contemos con ustedes, si esta persona se beneficia todo el mudo se beneficia’, es diseño universal”,
explicó.
Entretanto, ella asegura que todavía queda de su espacio y tiempo para aportar a la comunidad latina:
“Hay algo que quiere que yo viva… Yo tengo una fe inmensa”,
acotó. con una sonrisa.
Premios Excelente
Banu Valladares es ganadora de los Premios Excelente 2022 en la categoría Persona de Servicio a la Comunidad del Año.
Los premios serán entregados en una exclusiva gala a celebrarse el sábado 17 de septiembre en el elegante Sonesta Charlotte Executive Park.
Para comprar sus boletos, visite la página de Internet: ExcelenteAwards.com
Para más información, puede escribir a Ale Rosales a: ale@lanoticia.com
Latin American Excelente Awards 2022
- Fecha: Sábado 17 de septiembre
- Hora: De 6:00 p.m. hasta las 11:30 p.m.
- Lugar: Sonesta Charlotte Executive Park
- Dirección: 5700 Westpark Drive
Charlotte, NC 28217