Está por terminar el primer año de gobierno de Joe Biden y los riesgos de impago siguen vigentes en un país que se ha salvado a última hora de tener un cierre de gobierno federal.
La Cámara de Representantes aprobó el 12 de septiembre un aumento en el límite de deuda tras negociaciones con un Senado que rechazaba un crecimiento ilimitado de la deuda.
Sin embargo, el presupuesto aprobado en el Congreso solo alcanza para que el gobierno federal funcione hasta diciembre de 2021.
Para ese mes, se avecinan negociaciones destinadas a aumentar de nuevo el endeudamiento.
Los demócratas y republicanos tendrán un apretado diciembre donde nuevamente Estados Unidos estará en riesgo de no pagar su deuda por primera vez en la historia.
Los efectos de una situación así no son deseables para una economía que se recupera de las dificultades generadas por la pandemia de COVID-19.
La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, le puso un nombre muy claro al escenario que se producirá si hay un impago de deuda: se trata de una recesión.
Un contexto de ese tipo haría caer la bolsa de valores, generaría desempleo, ralentizaría la circulación del dinero y disminuiría el consumo.
Muchos actores económicos tienen su confianza puesta en la continuación del endeudamiento estadounidense, pero si esa garantía cesa, la economía estadounidense tal como la conocemos cambiará de rumbo.
Por eso, es clave prestar atención a las finanzas personales para aprovechar de la mejor forma los ingresos y tener suficiente en caso de una emergencia.
Para más información, suscríbete a nuestro Newsletter. La Noticia produjo esta nota con información de The Associated Press (AP).