El estado de Washington decidió lanzar una reforma policial tras las protestas que estallaron a raíz de la muerte del afroamericano George Floyd a manos de la policía de Minneapolis, Minnesota.
Este domingo entraron en vigor 12 nuevas leyes en dicho estado para mejorar todas sus prácticas policiales, aunque aún hay incertidumbre sobre cómo aplicarlas en casos como responder a escenas de crímenes o a crisis de salud mental.
'El desafío es, y tengo que ser muy honesto, las leyes fueron redactadas de manera muy deficiente, y al tenerlas todas al mismo tiempo se crean discrepancias entre la intención de las leyes y su contenido escrito', señaló Rafael Padilla, jefe de policía de Kent en Seattle.
Con una Legislatura y gobernador demócratas, las leyes aprobadas en Washington representan la reforma policial más ambiciosa del país. Todos los aspectos de la actividad policial están incluidos, como la revisión exhaustiva de los antecedentes penales antes de contratar un policía, el uso de la fuerza y la creación de una agencia estatal para revisar los casos en que la policía haya usado fuerza letal.
Los objetivos principales de la reforma es que los policías se hagan responsables de sus acciones y que se acabe con la desigualdad racial en el sistema judicial.
'Es un mandato del pueblo para que los policías dejen de violar nuestros derechos y dejen de matar gente', dijo Sakara Remmu, de la agrupación Washington Black Lives Matter Alliance.
Las nuevas leyes de Washington prohíben las llaves al cuello y los allanamientos sin orden judicial, y limitan el uso de gas lacrimógeno y equipos militares. Además de que facultan a los demás policías a actuar en caso de que uno de sus compañeros esté usando fuerza excesiva.