Jenifer Montoya, una joven de 23 años, se sintió aliviada al enterarse de que su abuela, Marta López, era elegible para la vacuna contra el COVID-19.
López no habla inglés. Es una inmigrante hondureña que cruzó la frontera junto al resto de la familia de Montoya. Desde entonces han vivido en la ciudad de Hickory en Carolina del Norte. Por este motivo, su nieta llamó al Departamento de Salud del Condado de Catawba en nombre de su abuela e intentó programar una cita para la vacunación.
Pero después de que la representante en el teléfono obtuviera los datos personales de su abuela, le preguntó si era ciudadana estadounidense.
"Me preguntaba una y otra vez, “¿es esto siquiera legal? ¿Pueden discriminar por estatus migratorio?”, dijo Montoya.
La respuesta es no. De hecho, la vacuna es gratuita para cualquier persona independientemente de su estatus migratorio.
Montoya dice que, de no ser por su intervención, su abuela no habría cuestionado la respuesta de la representante y quizás nunca hubiera conseguido vacunarse.
“Departamento de Salud cometió un error”
Después de investigar por sí misma y confirmar el error de la representante, Montoya se quejó con el departamento de salud. La mañana del 25 de febrero, su abuela finalmente recibió su primera dosis de la vacuna.
La directora de salud del condado de Catawba, Jennifer McCraken, confirmó que ocurrió el incidente. Ella dice que el miembro del personal que habló con Montoya ha sido “reeducada” sobre los criterios de elegibilidad y otros servicios relacionados con el COVID-19.
Latinos rezagados en vacunación
La comunidad latina está rezagada en cuanto a vacunas contra el COVID-19 en Carolina del Norte. Las barreras lingüísticas y culturales juegan un papel importante, pero también lo hace la desinformación y la desconfianza, según una encuesta reciente.
Solo el 3.3 % de los vacunados en Carolina del Norte son latinos, según datos estatales.
En el condado de Mecklenburg, los latinos son casi el 14 % de la población. Pero representan solo el 5.5 % de las 150,000 personas que han sido vacunadas.
Los trabajadores esenciales de primera línea se encuentran entre los grupos de personas que se considera de alta prioridad para la vacuna. Y los inmigrantes indocumentados constituyen una gran parte de estos trabajadores, la mayoría son latinos.
¿Cómo llegar a la comunidad latina?
Rusty Price, fundador del Camino Community Center, una clínica de salud y bienestar con base en los latinos de Charlotte, dice que los líderes latinos y los miembros de la comunidad, como quienes dirigen su organización, están mejor equipados para servir a esta población desatendida que cualquier otro grupo.
“Dejemos que la comunidad latina se ocupe de la comunidad latina porque (los latinos) tienen expertos capacitados y confían unos en otros”, dijo Price.
La clínica ahora tiene una estrategia para aumentar las tasas de vacunación de los latinos: lo llaman el “enfoque abuela”. La idea es llegar a la figura matriarcal de la familia, conocer sus necesidades y ayudar a que se vacune.
“Vamos a resaltar ese valor (familiar) muy importante, y lo usaremos como referente para hacer llegar nuestro mensaje a la gente y decir: Cuidemos a la abuela porque así todos los demás estarán bien”, agregó.
Price dice que para garantizar que la comunidad latina e inmigrante reciba el mismo acceso a las vacunas se debe ir más allá de la “política”.
“Solo enfoquémonos en la gente, porque realmente creo que eso trasciende cualquier tipo de debate político”, explicó Price.
7 de cada 10 latinos esperan ser vacunados
Price cita los resultados de una nueva encuesta llevada a cabo por el equipo de Camino, en donde 422 latinos respondieron. Todos pacientes del centro y personas afiliadas a otras organizaciones asociadas.
Pese a que muchos indicaron que no confían en la vacuna o dudan de que funcione tan bien como se anuncia, el 68 % respondió que espera recibirla.
Entre los que dijeron que querían la vacuna, expresaron dudas de que la recibirían debido a que carecen de seguro médico, aunque en la práctica no lo necesitan para recibirla. El 10 % dijo que su estatus migratorio les impediría vacunarse, pese a que no se requiere conocer el estatus migratorio del vacunado.
Otros aseguran que enfrentan barreras en el idioma y el transporte.
El estudio concluye que la baja tasa de vacunación entre los latinos en Carolina del Norte puede deberse a la falta de acceso a la vacuna a través de fuentes confiables en la comunidad.
Camino pidió a los funcionarios de salud pública estatales y locales que consideren estos hallazgos como pautas para crear iniciativas que ayudenn a vacunar a más latinos contra el COVID-19.