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El uso del chupón es un tema bastante controversial. Algunos estudios afirman que contribuye al desarrollo de otitis media, a la maloclusión dental y que hasta puede llegar a interferir en el proceso de lactancia materna. Algunos otros, establecen que reduce el riesgo de síndrome de muerte súbita infantil y que ayuda a disminuir el estrés y el dolor en los neonatos. Lo que es cierto es que los bebés vienen equipados con una serie de reflejos que les ayudan con su supervivencia. El reflejo de succión es uno de ellos. Éste le permite alimentarse durante los primeros meses vida.

Pareciera que es natural que los niños chupen sus dedos, chupones u otros objetos. Normalmente, cuando el niño lo hace se siente tranquilo y seguro. La Academia Americana de Pediatría afirma que el uso del chupón no causa problemas psicológicos ni físicos en el bebé, y además, establece que es un medio efectivo para satisfacer la necesidad de succionar. Normalmente, a medida de que el niño va creciendo esta necesidad desaparece, por tanto, los niños dejan el chupón por ellos mismos. Es cierto que esto no ocurre siempre con tanta naturalidad, y por eso es recomendable que, cuando el niño cumpla un año de edad, consulte a su pediatra para empezar a remover el uso del chupón.

En los primeros años de vida, puede que el uso del chupón no tenga efectos negativos en la salud del niño. Sin embargo, alrededor de los cinco años los dientes permanentes comienzan a salir. En ese punto, el uso del chupón comienza a traer consecuencias negativas debido a la presión que el niño ejerce, por lo que es recomendable romper este hábito antes de que el niño llegue a esta edad. A continuación se presentan algunos consejos sobre cómo hacerlo:

Evalúe la situación:
El chupón tiene un efecto calmante en los niños. Evite comenzar el proceso de dejar el chupón durante momentos o situaciones que puedan generar estrés en el niño. La llegada de un hermanito, una enfermedad un divorcio o cualquier otro cambio importante puede dificultar el proceso. Si existe alguna situación que produzca ansiedad en el niño, intente corregirla o eliminarla. Así mismo, evite hacerlo en paralelo a otra transición importante como dejar los pañales.

Tome la decisión en equipo:
Es clave que los adultos significativos que cuiden del niños estén en sintonía con esta decisión. En este sentido es importante comunicar a los miembros de la familia, niñera, maestra y cualquier otra persona que se encargue de su cuidado. Todos deben comprometerse con el proceso para que los esfuerzos se materialicen.

Limite el uso del chupón poco a poco:
Evite desaparecerlo drásticamente. Vincularlo a la hora de la siesta o a la hora de dormir, constituye una forma beneficiosa para que poco a poco el niño vaya dejando de usar el chupón, así como restringir su uso a un espacio físico también es positivo, como decirle al niño que el chupón no puede salir de casa o que debe quedarse dentro de la cuna son algunas alternativas.

Mantenga ocupado al niño:
En algunos casos el niño busca el chupón cuando está aburrido. Mantenerlo ocupado jugando, o realizando alguna actividad que sea divertida para el niño, contribuye a desviar la atención que normalmente está puesta en el chupón. Ir a la guardería o el preescolar puede ser beneficioso para potenciar este proceso de transición.

Mantenga una actitud positiva:
Este proceso puede ser difícil tanto para los padres como para el niño. Humillar a al niño y compararlo con un bebé lejos de motivarlo a dejar el chupón, lo hará sentir ansioso. Simplemente recuérdele que no lo necesita. Así mismo, recompénselo cada vez que no lo utilice. Lo más importante es mantenerse calmado durante este proceso. Dar el chupón al niño en un momento de desesperación le enseñará que hacer una pataleta será el modo de conseguirlo.

Licenciada Summa Cum Laude en educación preescolar con 6 años de experiencia como maestra y psicopedagoga. Egresada de Artes Culinarias con 3 años de experiencia como sous-chef y una especialización...