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La sonrisa de complicidad de Rusty Price es acompañada por una mirada profunda cada vez que habla de las injusticias que viven los latinos en Carolina del Norte. Él es uno de los impulsores de las licencias de conducir para los indocumentados en el estado.

Es una tarde calmada en Charlotte, pero no para el reverendo, cuya agenda está colmada de labores altruistas desde su trinchera, el Camino Community Center.

Con su esposa Anna tienen cuatro hijos, Kirsten, Molly, Grady y Gideon; todos con ese sentido de ayuda al prójimo que caracteriza al religioso.

“Para entender quién soy yo, debo decir que soy un gringo muy confundido. Yo pienso que soy latino”, advierte Price antes de comenzar la entrevista con La Noticia.

“He dedicado mi vida a servir con los latinos y ha sido una jornada muy linda y reveladora; porque yo nunca hubiera imaginado la discriminación y racismo que una persona podría sentir, pues nunca lo había sentido”.

Y es que fue el tiempo el que llevó al pastor a cuestionarse sobre los malos tratos a las minorías, no solo en Carolina del Norte, sino en el mundo.

Como misionero en Cuba y alrededor de América Latina durante los últimos 20 años, fue que se agudizó su sentido altruista.

“Una de las cosas que me siento muy traicionado es la manera en que tratamos a los indocumentados aquí”, confiesa.

“Para mí es la esclavitud de este Siglo, porque el hecho de que no vamos a deportarlos y a la vez no vamos a hacer ninguna reforma de inmigración; han sido varias oportunidades en los últimos años y nadie quiere tocarlo”.

“La manera como lo interpreto (el abuso a los latinos) es que queremos mantener este grupo de personas que están trabajando tan duro en temor e incertidumbre”.

“Para así poder explotar el trabajo barato y para mí es una injusticia y siempre he luchado en esta área ayudando en cosas muy tangibles a las personas frente a mí”.

Un camino a la igualdad

Fue así que aprovechó su posición como líder moral de la comunidad para desde ahí mandar un mensaje de unión y respeto hacia los latinos.

Fundó y actualmente es presidente de World Reach Inc. y Camino Community Center, organizaciones dedicadas a ayudar a la inserción de la comunidad latina en Charlotte.

“Recientemente, nuestra organización ha crecido mucho este año, hemos ido de 25 personas a más de 80”, presume.

“Uno que hemos podido incluir en nuestro equipo —y creo que Dios lo mandó— él fue el alcalde de Harrisburg y después fue el director de relaciones públicas con las carreras Speedway, una de las empresas más importantes de Carolina del Norte”, cuenta.

“Entonces por COVID ellos lo quitaron del puesto y él es mi amigo, le hablé y me explicó la situación”.

En busca de licencias para indocumentados

Se trata de Tim Hagler, quien fue alcalde de Harrisburg y es un político republicano cuya amistad con Price ayudó a plantear una postura que podría cambiar el rumbo de los indocumentados en Carolina del Norte.

Hagler y Price pretenden impulsar la ley que otorgue derechos de licencia de conducir a personas sin papeles.

Recién, los senadores demócratas Julie Mayfield y Toby Fitch enviaron dicha propuesta al Senado.

Es así que la labor de Hagler en el bando republicano podría cobrar especial fuerza.

“Ha estado trabajando mucho con nosotros en Raleigh, hablando directamente con la gente que va proponiendo leyes”, explica Rusty.

“Ahora creo que es una oportunidad muy interesante, que podemos tener una voz directa porque él es amigo de ellos (republicanos) y él cuando era alcalde era republicano”.

“Él ha hablado con senadores republicanos dispuestos a inscribir en sus propuestas la licencia para indocumentados. Eso siempre ha sido más del lado de los demócratas que de los republicanos”, aclara.

“Ahora sentimos que tenemos una oportunidad de hablar más directamente con ellos y no en una forma de atacarlos o denunciarlos, sino cara a cara, de amigo a amigo, explicando la situación actual”.

“Obviamente (Hagler) va a pelear y no sé cómo vaya a parar, pero es un senador republicano en el estado que para mí es algo que normalmente ha sido de demócratas”, insiste.

“Y eso es una señal que puede ser una apertura nueva y mi deseo es contabilizar nuestra plataforma de quién soy yo, quién es Tim, para tener acceso hablar con las personas que históricamente de aprobar una licencia y de una forma muy natural de platicarlo, pido a Dios que nos ayude a poder abrir sus ojos un poco más y calmar sus temores y pueda pasar”.

¿Racismo hacia latinos impide la ley?

De aprobarse la iniciativa recién promovida, Carolina del Norte se sumaría a estados que ya otorgan licencias a indocumentados.

Tales como California, Colorado, Connecticut, Delaware, Hawái, Illinois, Maryland, Virginia, Nuevo México, Nueva York; Nueva Jersey, Oregón, Nevada, Utah, Vermont y Washington, además del Distrito de Columbia.

“En mi opinión —no está basada más que en mi forma de pensar— pero para mí está basado (el hecho de que no tengan ese derecho los latinos aquí) en racismo”, dice Rusty Price.

Nací blanco y todo mi trasfondo muy conservador, entonces lo que sucede es que hablamos de la ley y justificamos el racismo bajo una cuestión de moralidad”, explica.

“Es temor de que podemos perder nuestra forma de vivir, es parte del impulso”.

“Porque realmente como estado nosotros no tenemos poder inmigratorio, no tenemos al nivel de condado o estado la forma de tomar restricciones, eso es general”.

“Entonces para mí la estrategia es intentar hacer que todo sea lo más incómodo posible para que estas personas (latinos) decidan no radicar en este estado”.

“Es la parte injusta, que si alguien va a estar aquí en nuestra comunidad, lo que debemos hacer es tratar de crear una sociedad civil donde ellos puedan vivir y eso ayuda a todos, no solo a los indocumentados”, comenta.

¿Cómo convencer a los legisladores republicanos?

Para el reverendo, la razón principal por la que los republicanos podrían convencerse de que esta ley radica en los beneficios sociales que pudiera conllevar.

Específicamente, el estar mejor protegidos ante un eventual choque en el que el indocumentado en cuestión no intente darse a la fuga al no tener licencia de manejo.

“Creo que toca casi todas las áreas de la vida (es benéfica la ley)”, considera.

“Porque en un lugar que nadie tiene licencia de conducir aún tiene que trabajar y conseguir comida”.

“La ansiedad que causa en los niños de pensar que cualquier día el papá puede ser detenido y deportado por el solo hecho que no tenía licencia siempre y cuando por ir a la tienda a comprar leche y hablo de niños que incluso ya han nacido aquí”.

"No solo eso, sino cómo complicado todo, el poder comprar seguro, alguien que está manejando arriesgando todo su futuro, pero también me está arriesgando si choca conmigo”.

“Si yo no tuviera licencia y tuviera un choque, me saldría corriendo lo más rápidamente posible”.

“Creo que si logramos que todos tengan licencia de conducir, las personas indocumentadas pueden brindar un contexto de mayor seguridad. Estoy seguro de que si los indocumentados tienen licencia va a sacar su placa, van a proteger su licencia y luego eso causaría un impacto positivo en toda la comunidad”.

Impacto económico

El reverendo lleva tiempo planeando esta estrategia. Es por eso que ha analizado todas sus aristas con tal de desentrañar la problemática que genera en el bando conservador. Y encontró así que incluso a nivel económico es benéfico para la sociedad en general.

“También el impacto en la economía, ¿cuántos miles indocumentados hay en Charlotte? Entendemos que la estadística creció por más de 20,000 personas de 2007 a 2016”, agrega.

“La población de indocumentados —y eso es del censo que sabemos que muchos de los indocumentados no se inscriben en el censo— pero si yo tuviera una compañía de seguros de auto es un mercado entero tan solo en Charlotte; hay un impacto económico, un impacto en cuanto a salud pública, porque personas que necesitan ver un médico no van por tener temor de salir de sus casas”.

“Eso toca todo de la sociedad, lo importante es mostrar el futuro, el futuro va a ser mucho más hispano que blanco o afroamericano y la economía es importante”, advierte.

De aprobarse la iniciativa recién enviada al Senado, se deberá modificar el Artículo 2 del Capítulo 20 de los Estatutos Generales, añadiendo una nueva sección.

En la propuesta, se incluyen dichas restricciones a las licencias de conducir de propósito limitado emitidas a personas sin número de seguro social.

Una licencia de conducir restringida, emitida según G.S. 20-7 (e1); no sería válida para ningún otro propósito que no sea que demuestre el poder conducir un vehículo motorizado en este estado.

Tampoco establece la identidad para fines de acceso a edificios o propiedades federales, no es válido como medio que demuestre elegibilidad para empleo; registro de votantes o beneficios públicos; y legitima la presencia del titular en Estados Unidos o en el estado de Carolina del Norte.

“La seguridad también y no es una señal de alguna postura política, tenemos que dividir licencia de inmigración, el estado no puede tocar una cosa de inmigración; pero tenemos la responsabilidad de maximizar las protecciones para todos los que viven en el estado y es el mensaje que nosotros damos”, puntualiza.