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Luego de disfrutar de unas vacaciones, estamos en preparación para el nuevo año escolar. Más allá de comprarles materiales nuevos y ropa, tenemos que asegurarnos que nuestros hijos vayan emocionalmente y físicamente preparados para la escuela.

Es recomendable que su hijo tenga un examen médico anual para asegurarse que su estado de salud está en las mejores condiciones para el proceso de aprendizaje. También, será importante realizarle un examen de la vista.

Una vez que nos aseguremos que su salud física está bien, el próximo paso es proveerle las herramientas para que la experiencia escolar sea emocionalmente saludable.

¿Cómo preparar emocionalmente a un hijo para el nuevo año escolar?

Promover la comunicación

El primer paso es explorar sus necesidades emocionales. Cada año escolar trae sus propios retos. Separemos tiempo para preguntarles cómo se sienten con el nuevo año escolar y si tienen algún miedo o preocupación.

El cambio de escuela ya sea por mudanza o debido al cambio de grado, puede traer preocupaciones, ansiedad a lo desconocido y a la falta de un sistema de apoyo de amistades.

Esta comunicación debe continuar durante todo el año escolar para que puedan tener la oportunidad de compartir con ustedes si surgiera alguna situación que los esté afectando.

Hablar sobre temas sensibles

Para algunos padres y madres es incómodo hablar sobre algunos temas con sus hijos, en parte porque quizás no tuvieron esas conversaciones con sus figuras parentales.

Temas importantes para hablar con los hijos son: drogas, sexo, “bullying” o acoso en la escuela o a través de las redes sociales. La presión de las amistades puede ser una gran influencia, no porque no hayan aprendido los valores inculcados en el hogar, sino porque tienen una necesidad de ser aceptados dentro de un grupo de pares.

Conocer sus amistades

Una manera de conocer la influencia que recibe su hijo es conociendo a sus amistades. Programar actividades en la casa o mostrar iniciativas para conocer sus amistades puede ayudar a conocer cuál es la red de amistades que son parte de la vida de tu hijo. 

Estar alertas a cambios de conducta, humor o ánimo

No dejemos pasar por alto cambios que se observen en su conducta o en el ánimo, aunque nos parezcan insignificantes. Recuerden que estos cambios son como la fiebre que nos da la señal de alerta de que hay una enfermedad en el cuerpo. Mientras más rápido se atiendan estas señales de alerta, más efectiva y rápida puede ser la intervención que se necesite.

Recuerden que esta información no sustituye una consulta con un profesional de la salud emocional. Para mayor información pueden llamar al 984-974-3795.

Mae Lynn Reyes-Rodríguez, Ph.D. Psicóloga Clínica e Investigadora Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill Departamento de Psiquiatría