Overview:
La fatiga crónica puede surgir del COVID prolongado, por lo que podrías enfrentar varios síntomas que lo haga presente.
En el contexto de la pandemia de COVID-19, la relación entre la enfermedad y sus secuelas se ha convertido en un área de estudio crítica. Entre las preocupaciones destacadas se encuentra la fatiga crónica, un síntoma persistente que afecta a un considerable número de pacientes después de haber superado la infección por el virus.
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¿La fatiga crónica está relacionada con el COVID-19?
Un estudio de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades revela que los pacientes con COVID-19 tienen al menos cuatro veces más probabilidades de desarrollar fatiga crónica que aquellos que no han tenido el virus.
Este análisis se basó en más de 4,500 registros médicos electrónicos de pacientes confirmados con COVID-19 entre febrero de 2020 y febrero de 2021, comparándolos con más de 9,000 pacientes sin COVID-19 con características similares.
¿Quiénes padecen más fatiga crónica después de tener COVID?
El estudio indica que el 9.5% de los pacientes con COVID-19 desarrollaron fatiga, siendo este uno de los síntomas más comunes del COVID prolongado. Además, los pacientes que habían sido infectados tenían 1.68 veces más probabilidades de desarrollar fatiga que aquellos que no la padecían. La fatiga después del diagnóstico de COVID-19 fue más común entre mujeres, personas mayores y aquellos con otras condiciones médicas.
¿Aumentan los casos de fatiga crónica? Esto dicen los CDC
El riesgo de fatiga crónica, definida como fatiga extrema que dura al menos seis meses, es cuatro veces mayor en pacientes que han tenido COVID-19 en comparación con aquellos que no lo han tenido.
Este hallazgo refuerza la necesidad de acciones de salud pública para prevenir infecciones, brindar atención clínica y encontrar tratamientos efectivos para la fatiga posaguda de COVID-19, según los investigadores.
¿Cuáles son los 10 síntomas relacionados al post COVID?
Los síntomas post-COVID, según la Clínica Mayo, incluyen:
- Fatiga Persistente: Un síntoma común entre los pacientes post-COVID, caracterizado por una sensación continua de cansancio y debilidad.
- Agravamiento de Síntomas con Esfuerzo: La exacerbación de los síntomas físicos o mentales con el esfuerzo, indicando una respuesta anormal a la actividad.
- Fiebre Recurrente: Episodios intermitentes de fiebre que persisten después de la infección aguda por COVID-19.
- Problemas Respiratorios: Dificultad para respirar o tos persistente, sugiriendo afectación pulmonar continua.
- Síntomas Neurológicos y de Salud Mental: Dificultad para pensar o concentrarse, dolor de cabeza, problemas para dormir, mareos al ponerse de pie, sensación de hormigueo, pérdida del olfato o gusto, así como síntomas de depresión o ansiedad.
- Dolor Articular o Muscular: Malestar en las articulaciones o los músculos que persiste después de la infección inicial.
- Problemas Cardíacos: Incluyendo dolor en el pecho y latidos cardíacos rápidos o fuertes.
- Síntomas Digestivos: Diarrea y dolor de estómago que persisten más allá de la fase aguda de la enfermedad.
- Coágulos de Sangre y Problemas Vasculares: Riesgo elevado de eventos trombóticos, como embolia pulmonar, y otros problemas relacionados con los vasos sanguíneos.
- Otros Síntomas Variados: Posibles manifestaciones adicionales como sarpullidos cutáneos y cambios en el ciclo menstrual en algunas personas. Estos síntomas, según la Clínica Mayo, pueden persistir durante al menos 18 meses después de la infección por COVID-19, subrayando la complejidad y la duración de los efectos post-COVID.
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