Ser joven y fuerte da la sensación de poder con todo: sueño profundo y reparador, amaneceres con energías renovadas, erecciones matutinas y mucha hambre de vivir. Pero, llegan los 40 y los 50 y se pierde el deseo de vivir, porque empieza la andropausia masculina. La única culpable del problema es la testosterona, una estupenda […]