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Si bien es cierto, no todos los republicanos están de acuerdo con las acciones del presidente Trump, y no todos los republicanos son antiinmigrantes, también es cierto que quienes callan ante los atropellos que se cometen en contra de esta comunidad, son cómplices de promover la absurda idea de que los inmigrantes son el enemigo interno.

 

A nivel nacional el presidente Trump ha declarado una guerra en contra de los indocumentados, desde su campaña (cuando los caracterizó como criminales) hasta ahora creando un clima de terror en esta comunidad vulnerable.

 

En una de sus primeras acciones ejecutivas, Trump decretó cortar los fondos a las ciudades que protegen a los indocumentados (ciudades santuario), además hizo una generalización irracional de las categorías de prioridad para deportación, en donde prácticamente todos los indocumentados serían prioridad, además de la implementación de operativos de arresto de trabajadores indocumentados, a principios de febrero, esparciendo el temor en esta comunidad.

 

Algún republicano tendría la amabilidad de explicarnos de manera sustentada (con cifras), ¿de qué manera el deportar a un trabajador, padre de familia de un ciudadano americano, hace más seguro y más próspero a este país?

 

Señor presidente, los inmigrantes no son el problema, los prejuicios y la ignorancia sí. Los inmigrantes en su mayoría son personas trabajadoras que aman Estados Unidos, no criminales. Según un análisis del Center for American Progress y el National Immigration Law Center las ciudades santuario muestran menos crimen y una mejor situación económica, que el promedio de otras ciudades no santuario.

 

La descorazonada intolerancia de ciertos políticos republicanos también es evidente en Carolina del Norte. Cada año en la Asamblea Legislativa se celebra una nefasta tradición: el legislador republicano George Cleveland hace un despliegue de sus prejuicios a manera de proyectos de ley en contra de los inmigrantes del estado. En lo que va del año ya ha presentado dos de estos proyectos.

 

Diversos estudios han demostrado hasta la saciedad como los inmigrantes en Carolina del Norte aportan más económicamente de lo que consumen del gobierno estatal, sin embargo parece que esto no le importa a este legislador quien vivió sus años mozos en medio de la época de segregación racial, y que hoy encuentra como alivio a sus urgencias discriminatorias luchar contra una comunidad vulnerable, como lo son los indocumentados.

 

Cleveland no está solo, otros legisladores se están haciendo eco de sus ideas. El legislador Harry Warren, quien años atrás propuso crear un permiso de conducir para los indocumentados, hoy sorprendió a todos con un proyecto de ley que busca endurecer las sanciones de ciertas faltas especialmente si se trata de inmigrantes.

 

Estos proyectos de ley no buscan generar más fuentes de empleo, ni tener una comunidad más segura, simplemente buscan hacer la vida más difícil a miles de inmigrantes que desde hace muchos años forman parte del variado entramado social de Carolina del Norte y han contribuido con su trabajo al engrandecimiento de este estado.

 

Estimados políticos republicanos, los inmigrantes no son el enemigo, no son números para inflar en campañas electorales, los inmigrantes son personas reales, son padres y madres de familia, son jóvenes con sueños, son profesionales que aportan al crecimiento del país. Por favor no utilicen a los inmigrantes como un tema de conversación en sus discursos, no usen a los inmigrantes como una muletilla para generar miedo entre sus votantes. Los inmigrantes no son el enemigo, los prejuicios y la ignorancia sí lo son.

Periodista, editor, asesor, y presentador. De 2016 a 2019 el periodista más galardonado en Estados Unidos por los Premios José Martí. Autor del best seller: ¿Cómo leer a las personas? dbarahona@lanoticia.com