La actual administración presidencial ha sentado las bases de una disruptiva estrategia para evadir las críticas: satanizar a sus detractores. Lamentablemente esta estrategia propia de las campañas electorales, también puede ser observada en ciertas agencias federales, tal es el caso de la disputa entre el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) y los alguaciles que no colaboran con ellos.
Analicemos brevemente la reiterada crítica que han recibido las autoridades migratorias, la respuesta por parte de los votantes, y la nueva estrategia de la agencia federal para desviar la atención.
Primero vale la pena aclarar: Nadie quiere tener criminales en sus comunidades, aplaudimos la acción de los agentes de ICE cuando investigan, arrestan y deportan a criminales peligrosos o miembros de pandillas. Esa es su misión y muchos oficiales lo hacen con gran valentía. El problema es que algunos altos mandos de ICE se están sintiendo presionados para aumentar los números de los indocumentados arrestados, y ante la falta de criminales, los agentes se lanzan contra humildes trabajadores, básicamente porque son un blanco fácil.
En lo que va del año fiscal casi la totalidad de los casos de deportación procesados por la Corte de Inmigración de Charlotte fueron contra personas que no estaban acusadas de un crimen. A nivel nacional, desde a los Tribunales de Inmigración muestran que solo el 2.8 de las órdenes de deportación basadas en solicitudes del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) estaban relacionadas con presunta actividad criminal.
En la Corte de Inmigración de Charlotte, que atiende a Carolina del Norte, de 2,038 procesos de deportación realizados en ese período, solo en 6 casos se cita alguna actividad criminal, según un informe del Centro de Información de Acceso de Registros Transaccionales (TRAC), de la Universidad de Syracuse de Nueva York, dado a conocer .
Frente a esta realidad, el año pasado los votantes eligieron democráticamente en varios condados del estado a alguaciles que hagan frente a esta injusticia, es así que los nuevos alguaciles de condados como: Mecklenburg, Wake, Durham, Guilford, o Buncombe, se han negado a honrar las órdenes de detención de ICE, las cuales piden retener a un indocumentado en la cárcel más allá del tiempo señalado por la ley. Los alguaciles aclaran que ellos respetan todas las órdenes de retención de un recluso, siempre y cuando vengan de un juez.
El problema ocurre cuando un indocumentado acusado de un delito grave ingresa a la cárcel del condado y pese a que es requerido por ICE, sale libre sin que los agentes migratorios lo puedan arrestar. Cerca de 20 casos de esa naturaleza ya han ocurrido en Mecklenburg. Es en ese momento cuando ICE responsabiliza al alguacil, y lo acusan de poner en peligro a la comunidad.
Lo que no menciona ICE en sus comunicados, es que no es el alguacil a quien le dio la gana de liberar a un preso, son las cortes las que emiten estas órdenes, muchas veces bajo la figura de la fianza. Tampoco menciona ICE que en sus operativos focalizados
no solo arrestan a quien originalmente estaban buscando, sino que en su paso se realizan arrestos colaterales
contra humildes trabajadores que no representan un peligro para nadie.
Muchos medios de comunicación se limitan a publicar los boletines de prensa de ICE denunciando a los alguaciles, y de esta manera los cuestionamientos en contra de la agencia siguen sin ser abordados, y por tanto tristemente seguirán los arrestos colaterales
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