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Para muchos el miércoles 1ro de julio del 2015 fue un día común y corriente, sin embargo esta es una fecha que pasará a la historia como el punto de partida en el cambio del paradigma demográfico de la primera potencia económica y política del mundo. Esa fecha por primera vez nacieron más bebés de minorías en Estados Unidos.

La diversidad de la población estadounidense fue vaticinada por múltiples expertos por años, pero no fue sino hasta hace pocas semanas que se publicaron las cifras que señalan que ese cambio ya está ocurriendo. Según un nuevo reporte de la oficina del Censo el año pasado el 50.2 % de los bebés estadounidenses menores de un año de edad pertenecían a minorías. El informe señala que este cambio fue impulsado principalmente por la elevada tasa de natalidad entre los latinos.

En números totales, en el verano del 2015 hubo 1.99 millones de bebés latinos, afroamericanos y de otras razas; comparado con 1.98 millones de bebés anglosajones. Estos datos nos invitan a celebrar la diversidad de razas y etnias en la tierra de las oportunidades.
Un viejo principio académico señala que la demografía predice el futuro de una nación, con esto en mente la Oficina del Censo proyecta que los anglosajones no latinos dejarían de ser el grupo mayoritario en Estados Unidos para el año 2044, mientras que Centro de Investigaciones Pew proyecta este cambio para una década después.

Desde la década de 1960 la comunidad latina ha crecido casi nueve veces. Según datos del Pew, en el año 2014 había 55.3 millones de latinos en Estados Unidos, lo que equivale al 17.3 % de la población, más del triple de los que eran en la década de 1980. La Oficina del Censo proyecta que para el año 2060 habrá 119 millones de latinos, es decir el 29 % de la población.
Entre 1980 y el año 2000, la inmigración fue el principal motor de crecimiento de la población latina en este país, pero en los últimos 16 años los nacimientos constituyeron el 60 % del crecimiento de esta comunidad.

Los números no mienten, los latinos somos el futuro de Estados Unidos. ¿No es hora de que el país invierta en su futuro?
Tristemente en los últimos 10 años políticos antiinmigrantes han hecho hasta lo imposible por cerrar las puertas de las oportunidades para millones de latinos y sus familias. Veamos solamente un ejemplo:
Múltiples estudios aseguran que existe una relación entre los empleos y el nivel de educación. Mientras mayor educación tenga la persona, tendrá mejores oportunidades laborales, por tanto mejor salario, mayor estabilidad para su familia y en última instancia esto beneficia a toda la sociedad. Pese a esto, varios políticos locales pusieron trabas para que miles de jóvenes latinos ingresen a la universidad en nuestro estado.
A pesar de que muchos de estos estudiantes han vivido en Carolina del Norte por varios años, son considerados como estudiantes extranjeros y deben pagar matrículas universitarias cuatro veces más caras que el resto de sus compañeros. Esto hace que muchos abandonen su sueño de estudiar.

Según un informe publicado en mayo por el Instituto de Políticas de Inmigración (MPI) el 92 % de los indocumentados entre 3 y 17 años que viven en Carolina del Norte estaban inscritos en la escuela (de kinder a secundaria), pero solo el 19 % de los indocumentados entre 18 y 24 años estaba inscrito en la universidad.
No podemos como sociedad dar la espalda a nuestro futuro, todos los candidatos que busquen el voto de la comunidad latina deben comprometerse a buscar soluciones en favor de las nuevas generaciones.

The day that U.S. demographics changed

For many people, Wednesday, July 1, 2015 was an ordinary day. However, this date will go down in history because it was the start of a demographic shift for the world’s leading economic and political power. That day was the first time that the majority of babies born in the United States were minorities.

For years, experts have projected the growing diversity of the U.S. population. However, it was not until a few weeks ago that figures were published indicating this change is already well underway. According to a new report from the U.S. Census Bureau, last year 50.2% of U.S. babies under one year old were minorities. The report notes that this change was mainly driven by the high birth rate among Latinos.
In total numbers, in the summer of 2015 there were 1.99 million babies that were Latino, African American, and other races; this is compared with 1.98 million whites babies. These figures invite us to celebrate racial and ethnic diversity in the land of opportunity.
Keep in mind that a long-standing academic principle states that demographics predict the future of a nation. The Census Bureau projected that non-Hispanic whites would no longer be the majority group in the United States by the year 2044, while the Pew Research Center projects this change for a decade later.

Since the 1960s, the Latino community has grown almost nine-fold. According to Pew, in 2014 there were 55.3 million Latinos in the United States (making up 17.3% of the population), more than triple the 1980s. The Census Bureau projects that by the year 2060, there will be 119 million Latinos, who will comprise 29% of the population.

Between 1980 and 2000, immigration was the main source of growth of the Latino population in this country. However, in the last 16 years, births accounted for 60% of the growth of this community.

Numbers don’t lie; Latinos are the future of the United States. Isn’t it time for the country to invest in their future?
Sadly, in the last 10 years, anti-immigrant politicians have done everything possible to close the doors of opportunity for millions of Latinos and their families. Let’s look at just one example.

Multiple studies confirm the relationship between jobs and education level. More education leads to better employment opportunities and therefore higher wages. This means greater stability for the person’s family, which ultimately benefits the whole society. In spite of this, various local politicians have created barriers to college entry for thousands of young Latinos in our state.
Although many of these students have lived in North Carolina for numerous years, they are still considered out-of-state students and consequently must pay tuition that is four times higher than their fellow classmates. This leads many to give up their dreams of studying.
A report published in May by the Migration Policy Institute (MPI) found that 92% of undocumented minors living in North Carolina (ages 3 to 17) are enrolled in school (kindergarten to high school). Yet, only 19% of undocumented immigrants between 18 and 24 years old are enrolled in college.

We as a society cannot turn our backs on our future. All candidates seeking the votes of the Latino community must commit to finding solutions for the coming generations.