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A pocos días de que se lleven a cabo las elecciones intermedias, aún existen personas quienes, pese a que están facultadas para votar, deciden no hacerlo por una u otra razón. Aunque esto puede sonar relativamente común, lo cierto es que la indiferencia puede minar nuestra democracia.

A continuación exploraremos algunas de las inquietudes frecuentes y mitos que frenan a muchos latinos para ir a las urnas.

1) “No me gusta la política”

Hace más de 2,000 años el filósofo griego Aristóteles aseguraba que el ser humano es, lo que él denominó “zoon politikon” es decir, un animal político, el cual se distingue de otras especies por poseer la capacidad de relacionarse políticamente, es decir, crear sociedades y organizar la vida en ciudades.

Según Aristóteles, todos los seres humanos somos por naturaleza políticos. Este concepto no ha perdido vigencia, pues todos hacemos política cuando pagamos impuestos, cuando usamos servicios públicos, cuando ofrecemos una opinión sobre el sistema en el que vivimos. De hecho, cuando una persona dice “no me gusta la política”, está haciendo una declaración política.

Si hacer política es parte de nuestra naturaleza, tiene sentido que tomemos acción mediante el voto, fortaleciendo de esta manera nuestra democracia y; no dejar que otros decidan por nosotros en temas tan importantes como la reforma migratoria, los impuestos, el seguro médico, etc.

2) “Mi voto realmente no cuenta”

Existe abundante evidencia que contradice esta declaración, vemos solo dos ejemplos: En las elecciones del año 2000, el candidato George W. Bush se convirtió en presidente gracias a 537 votos de un recinto electoral del estado de Florida. Este pequeño grupo de personas (equivalente a un vecindario) trasformó el futuro del país y de buena parte del mundo por los siguientes ocho años.

En Carolina del Norte, los latinos representan alrededor del 4 % del número total de votantes. A pesar de que este número pudiera parecer pequeño, es crucial en una elección cerrada.

Otro ejemplo, en las elecciones generales del año 2008 en el estado votaron 40,028 latinos (de 68,053 inscritos) y la abrumadora mayoría lo hizo por Barack Obama. Ahora, tome en cuenta que Obama ganó al candidato republicano John McCain por 14,177 votos. Evidentemente, el voto latino ayudó a Obama a ganar Carolina del Norte.

3) “No me gustan los candidatos”

Hay quienes aseguran que no se quieren “ensuciar las manos” por un candidato o partido, el problema es que si una persona decide no actuar automáticamente se convierte en cómplice del resultado, y de una u otra manera afecta nuestra democracia.

Es muy fácil evadir una situación complicada, pero huir de las responsabilidades nunca será una vía para crecer como individuos o como nación. No existen candidatos perfectos, pese a esto es nuestro deber cívico informarnos y actuar en virtud de nuestros principios.

Adicionalmente, considere que está en juego mucho más que solamente puestos en los gobiernos locales y estatales: el futuro del Congreso, entre otros cargos, se decidirán en estas importantes elecciones. Si no le gusta un candidato u otro, considere los otros puestos en su papeleta de votación.

No existen excusas lo suficientemente fundamentadas como para disuadirnos de cumplir con nuestra responsabilidad frente al país, a la democracia y frente al futuro de nuestros hijos. La mejor forma de fortalecer la democracia es siendo parte de ella.

Democracy Day 2022

Nuestra sala de redacción no da por sentada la democracia, y esperamos que usted tampoco. Esta historia es parte de una colaboración llamada Democracy Day (Día de la Democracia), en la cual salas de redacción de todo el país buscan llamar la atención sobre las amenazas a la democracia. Esperamos que esto nos recuerde a todos que debemos valorar nuestra democracia y trabajar para protegerla.

Encuentre este artículo en inglés aquí.

Periodista, editor, asesor, y presentador. De 2016 a 2019 el periodista más galardonado en Estados Unidos por los Premios José Martí. Autor del best seller: ¿Cómo leer a las personas? dbarahona@lanoticia.com