En las redes sociales se han popularizado lamentables incidentes captados en video, en donde se ve a personas que por hablar español en público son confrontadas agresivamente por algún desequilibrado mental, quien les exige a gritos que tengan su conversación (personal y privada) en inglés.
Luego de estos incidentes, algunos latinos han manifestado que sienten cierto temor de hablar español en algún lugar público en Estados Unidos. ¿Deberían los latinos hablar su idioma materno de forma clandestina?
Hace un par de años, un tranquilo restaurante en Manhattan, Nueva York, se vio interrumpido por los gritos del abogado Aaron M. Schlossberg; quien estaba indignado de que empleadas del establecimiento estuvieran hablando español con unos clientes latinos.
En un video captado por un testigo, se puede ver al visiblemente molesto Schlossberg decirle al gerente del restaurante:
“Tu personal está hablando en español a los clientes cuando deberían estar hablando en inglés”.
Luego amenazó que llamaría a Inmigración para que arresten a las meseras.
Paradójicamente, en la página web del furibundo abogado Schlossberg, se asegura que él también ofrece sus servicios en español.
No es un caso aislado
Lamentablemente este tipo de casos abundan. También recordamos un otro incidente a manera de ejemplo.
Héctor Torres estaba esperando abordar su vuelo en el aeropuerto de Reno, Nevada, mientras habla por teléfono en español; cuando fue interrumpido por un individuo quien con gritos y fuertes insultos le decía que hable inglés y que regrese a su país.
Torres es estadounidense, habla perfectamente inglés, solamente estaba hablando español por teléfono con su mamá, quien vive en Puerto Rico.
No debemos sentir temor de hablar español en público
Tristemente la llegada de Donald Trump al poder animó a muchos racistas a salir de sus madrigueras y expresar al mundo su odio.
Según un estudio del Southern Poverty Law Center, los grupos de odio antiinmigrantes crecieron un 57 % en el 2017, año en que Trump llegó al poder.
Hoy Trump ya no está en la Casa Blanca, pero el sentimiento supremacista blanco se mantiene latente en Estados Unidos, al menos eso lo ha advertido el FBI.
Debemos ser claros, es importante que los inmigrantes latinos aprendan a hablar inglés y se asimilen a su nuevo hogar: Estados Unidos, pero esto no significa dejar de lado parte de su identidad, como lo es su idioma.
La lengua española llegó para quedarse
El español es la segunda lengua del mundo por el número de personas que la hablan como lengua materna (solo por detrás el mandarín), con 437 millones de hablantes nativos.
Si agregamos a los hablantes con competencia limitada, el número de personas que hablan español es de 572 millones, de modo que puede ser considerada la tercera lengua del mundo por el total de hablantes, tras el mandarín y el inglés.
Si bien es cortés que dos personas eviten hablar español si se encuentran con una tercera persona que no habla el idioma, esta lengua no puede prohibirse en lugares públicos, ni siquiera en los sitios de trabajo.
Según el Departamento de Trabajo (DOL): “En la mayoría de los casos, las comunicaciones de los empleados en otros idiomas, que no sean el inglés; no deben limitarse a aquellas funciones oficiales para las cuales fueron contratados".
"El derecho de los empleados a hablar en otros idiomas que no sean el inglés solo se puede restringir en ciertas situaciones estrechamente definidas”; agrega la entidad.
Debemos sentirnos orgullosos de nuestra cultura y de nuestras raíces; no podemos tener secuestrada a nuestra identidad, ni hablar nuestro idioma materno en la clandestinidad.
Pero si usted se encuentra con alguno de estos personajes que odian cualquier idioma que no sea el inglés, mantenga la calma y no reaccione violentamente.
Grabe con su teléfono el incidente y muéstrele a ese intolerante y al mundo, que usted tiene mejor educación y un mejor corazón.