Un anciano de la remota península Kenai de Alaska se convirtió en la primera víctima mortal de la Viruela de Alaska (AKPV), un virus recientemente descubierto relacionado con patógenos humanos peligrosos como la viruela y la mpox, informaron autoridades locales.
Aunque históricamente causaba enfermedad leve, este hombre, inmunocomprometido tras recibir tratamiento contra el cáncer, sufrió una forma más grave de la enfermedad. Funcionarios de salud alertan a los médicos sobre los signos del virus, mientras la comunidad científica investiga su propagación y origen zoonótico (de transmisión animal).
¿Qué se sabe de la Viruela de Alaska?
La Viruela de Alaska es un virus que se identificó por primera vez en un paciente en Fairbanks en 2015. Pertenece a la familia de los ortopoxvirus, la cual incluye patógenos conocidos por infectar y causar enfermedades en humanos, como la viruela.
Históricamente, los casos de AKPV presentaban síntomas leves que se resolvían por sí mismos, con manifestaciones cutáneas, inflamación de los ganglios linfáticos y molestias en articulaciones o músculos. Sin embargo, el paciente fallecido, quien había sido tratado previamente por cáncer, experimentó una forma más grave de la enfermedad, subrayando la importancia de comprender las posibles complicaciones en individuos inmunocomprometidos.
La AKPV se relaciona estrechamente con la viruela y la mpox. Por ello plantea preguntas sobre su origen y cómo se ha adaptado a infectar a los humanos. Los científicos están investigando la conexión zoonótica del virus, ya que se encuentra principalmente en pequeños mamíferos como topillos de lomo rojo y musarañas.
¿Cómo se transmite la Viruela de Alaska?
No hay evidencia de transmisión de persona a persona, pero tampoco no está claro cómo se propaga. La AKPV parece ser zoonótica y se encuentra en pequeños mamíferos que son capaces de infectar a las personas.
Se especula que los animales podrían ser portadores o reservorios del virus. La infección de humanos podría ocurrir a través del contacto directo con estos animales o mediante la exposición a sus secreciones o heces contaminadas.
En el caso del paciente que falleció, las autoridades señalan que el anciano informó cuidar a un gato callejero en su hogar, el cual tenía el hábito de cazar pequeños mamíferos y arañarlo con frecuencia.
Aunque no haya indicios de transmisión de persona a persona, las autoridades sanitarias destacan la importancia de cubrir cualquier lesión cutánea potencialmente causada por el virus. Este enfoque preventivo se basa en la similitud de la AKPV con la viruela y la mpox, que se sabe que pueden propagarse por contacto con lesiones en la piel.
¿Cuáles son los síntomas de la Viruela de Alaska?
Los síntomas típicos de la AKPV incluyen lesiones en la piel, que pueden manifestarse como erupciones cutáneas o protuberancias. Estas lesiones se presentan en varias partes del cuerpo.
Además de las visibles afecciones cutáneas, la enfermedad puede estar acompañada por inflamación de los ganglios linfáticos, especialmente en áreas cercanas a las lesiones de la piel. También se reportan dolor en las articulaciones o los músculos.
Estos síntomas, aunque típicamente de intensidad moderada, pueden afectar la calidad de vida del paciente y prolongarse durante el curso de la enfermedad. Sobretodo en personas con sistemas inmunológicos debilitados, donde los signos y malestares son más agresivos.
¿Qué cuidados se recomiendan para evitar la infección de la Viruela de Alaska?
Las autoridades de salud de Alaska emitieron algunas recomendaciones para prevenir la infección y manejar posibles casos de AKPV:
- Cubrir lesiones cutáneas: dada la similitud de la AKPV con otros ortopoxvirus que se transmiten a través del contacto con lesiones en la piel, se recomienda cubrir cualquier herida o erupción cutánea potencialmente causada por el virus.
- Prácticas de higiene: se enfatiza en el lavado regular de las manos con agua y jabón.
- Medicamentos antivirales: los médicos deben recetar antivirales a pacientes con AKPV que tengan sistemas inmunológicos comprometidos.