Raleigh- Tras pasar casi un año en el Centro de Detención de Inmigración de Stewart (Georgia), un joven de origen mexicano y beneficiario del programa DACA, finalmente regresó a casa. Junto a su familia trata de reconstruir su vida y recuperar su salud, mientras pide justicia por el accidente que según indica, lo llevó a sumirse en un laberinto de problemas de salud durante los meses que estuvo detenido.
Recuperar su salud
Néstor Daniel Ávila Miranda, de 26 años, vive en Estados Unidos desde hace casi dos décadas. Originario de San Luis Potosí (México) reside en Fuquay-Varina junto a su madre Rosa. En el año 2012 recibió el beneficio migratorio de DACA el que fue revocado en agosto del 2016, tras ser arrestado por supuestamente conducir bajo la influencia del alcohol (DUI), cargo que posteriormente fue desestimado.
En el 2013 obtuvo un título en Justicia Criminal de la Universidad Estatal de Appalachian en Boone.
El 15 de agosto y mientras era transportado de la cárcel de Wake a un centro de detención federal, el vehículo de los agentes de Inmigración en el que viajaban fue golpeado según Néstor, intencionalmente, por una camioneta Dodge Ram, conducida por Ethan Reynolds.
“Estábamos en la I-40 en Durham. El señor Reynolds nos quería rebasar agresivamente. Luego lo que escuché fue un duro golpe. Yo tenía los tobillos con las esposas y las esposas amarradas a la cintura. No teníamos cinturón de seguridad. Con el impacto todos nos fuimos para enfrente. Tenía sandalias y mis pies se fueron por abajo de la reja y me lesionó todo”, dijo a La Noticia.
Por el choque perdió varias de las uñas, se lesionó y se infectaron las heridas en las piernas, rodillas y ambos píes. “Cuando me desperté ya estaba en el hospital”. Ni 24 horas después Néstor fue trasladado, en silla de ruedas, hasta Georgia. “Los dolores de cabeza eran terribles, la espalda y la infección”, mencionó.
De allí en adelante su estancia en el centro de detención agudizó su mal estado de salud. “Aún no me recupero. No puedo asentar el pie del lado derecho, no aguanta el peso, y la rodilla del izquierdo está mal. Ando apoyado en muletas. Sufrí y sigo sufriendo las consecuencias. Hubo un momento en que tomé 20 pastillas al día. Nunca me dieron una diagnóstico”, denunció.
A 11 meses del accidente, este lunes 31 de julio le fueron tomadas algunas radiografías y esperan que a finales de esta semana le entreguen los resultados. Hoy, es testigo clave de Fiscal de Distrito del condado de Durham en el caso contra Reynolds.
La batalla continúa
Néstor no perdió las esperanzas y siguió luchando hasta el final. “Pensé en firmar mi salida voluntaria, pero mi familia, el amor a este país y el miedo de regresar a un país (México) donde no tengo a nadie, ni conozco nada, me dieron las fuerzas para luchar”, señaló.
De esta terrible experiencia Néstor dijo sentirse agradecido con todas las personas que lo apoyaron aunque no las conocía. “El mensaje es que luchen, que tengan paciencia y busquen opciones. No se den por vencidos”, finalizó.