Charlotte - Con una marcha alrededor de la Corte del Condado Cabarrus familiares, amigos y compañeros de escuela, de dos jóvenes latinos que fallecieron en un accidente vehicular por culpa de un conductor ebrio, hicieron un llamado a las autoridades judiciales a que se haga justicia.
Unas 50 personas, entre niños, jóvenes y adultos, caminaron en silencio en torno al edificio en el centro de Concord, en la mañana del jueves 28 de diciembre. Algunos portaban globos y carteles que decían: “Queremos justicia para nuestros hijos: Jessie y Ricardo”, “Ustedes merecían vivir”, para llamar la atención de los transeúntes que con sus claxon mostraban apoyo.
Ricardo Solano, de 15 años, y Jessie Marroquín Avelino, de 14 años, fueron arrollados en la noche del 30 de septiembre cuando cruzaban la Concord Parkway North. Ambos jóvenes estudiaban en la Secundaria Concord.
La policía dijo que el conductor acusado del crimen, Francisco Daniel Marín González, de 21 años, quien además huyó de la escena, iba intoxicado, y enfrenta dos cargos de atropellar y huir de la escena, dos cargos de causar la muerte con un vehículo, y un cargo de no detenerse y dar ayuda tras un choque. El joven se encuentra preso en la cárcel local con una fianza de un millón de dólares. Marín González iba acompañado por Mark Anthony Gutiérrez Santos, de 19 años, quien fue acusado de un cargo por no dar ayuda razonable tras un choque, salió bajo fianza.
Temen sentencia menor
Según las madres, el conductor podría tener una sentencia consecutiva de 8 a a 13 años por cada víctima, pero ellas piensan que esto no sería suficiente.“No nos parece justo que la vida de nuestros niños valga tan poco”, manifestó a este semanario Denysse Solano, la madre de Ricardo. “Lo justo es que le den prisión de por vida, el huyó de la escena, y estaba drogado”, añadió la madre de origen mexicano.
“Nuestras familias están incompletas, ha sido una época muy triste. No sabemos nada de la Fiscalía, y estamos esperando hasta que llegue el día de la corte, pero ni eso sabemos cuándo será”, comentó Mabel Avelino, madre de Jessie. Las madres dijeron que Ricardo y Jessie eran amigos inseparables, y que eran muchachos buenos y con un gran futuro. Jessie era deportista y recientemente había sido aceptado en el equipo de fútbol americano de la escuela, mientras que Ricardo había recibido una carta de aceptación de una escuela militar en Virginia. Es la segunda actividad que se realiza en honor a las dos víctimas. El 14 de diciembre se realizó una vigilia cerca al sitio donde ocurrió la tragedia.