Raleigh- Eliseo Jiménez de 39 años, entró en santuario en la Iglesia Unida de Cristo de Umstead Park en Raleigh, la noche del 9 de octubre.
De esta manera se convirtió en el cuarto inmigrante indocumentado en Carolina del Norte en buscar protección para evitar ser separado de su familia.
El anuncio oficial fue realizado la tarde del martes 10 de octubre en una conferencia de prensa en esta iglesia. “Ofrecemos un lugar seguro para esta familia mientras sus abogados trabajan en alternativas legales”, indicó el Rev. Douglas Long de Umstead Park UCC.
Jiménez estuvo acompañado por su esposa Gabriela Mendoza y sus dos hijos menores: Christopher de 4 años y Allison de 5. Este inmigrante mexicano nacido en San Luis Potosí (México), también es padre de Tony de 19 años y Carmen de 14. Todos son ciudadanos americanos.
“Como padre responsable lucho por un futuro mejor para mis hijos”, dijo Jiménez. “No me puedo dar por vencido porque les daría la espalda. Sé que no es fácil, pero si me deportan a mí, también los deportan a ellos que son ciudadanos americanos y no es justo”, indicó.
Jiménez llegó a Estados Unidos hace más de 22 años y radica en Greensboro en donde vive junto a su familia. Hasta antes de entrar a santuario trabajaba instalando pisos.
Parar su deportación
En el 2007 Jiménez fue detenido por conducir sin licencia, en el condado de Alamance. Según explicó a La Noticia, Viridiana Martínez del grupo comunitario Alerta Migratoria -que acompaña a la familia- tras su arresto las autoridades no le dieron opciones y lo obligaron a firmar su salida voluntaria. “No se le dio acceso a un abogado o el derecho a que su caso fuera escuchado por un juez. Tampoco tuvo la oportunidad de agotar todas las opciones legales para luchar contra su deportación, lo que es una clara violación al debido proceso”, indicó Martínez.
Tras su deportación, un mes después Jiménez regresó, pero en junio del 2013 y luego de un malentendido por supuestamente robar un auto, recibió cargos criminales que tras la investigación fueron desestimados.
“Mi compañero no vio el auto y pensó que se lo habían robado y llamó a la policía, luego se aclaró todo porque se dio cuenta que yo lo había tomado prestado y los cargos fueron retirados”, dijo. Sin embargo esto generó un detención por parte de inmigración. En ese entonces el grupo NC Dream Team peleó su caso y fue dejado en libertad. En el 2013 se otorgó la primera suspensión de deportación hasta que el 31 de julio de este año y debido a las nuevas prioridades del gobierno del presidente Donald Trump, la petición fue negada y le ordenaron salir del país de inmediato. Desde entonces permaneció en un lugar seguro hasta que encontró santuario en esta iglesia en Raleigh.
Martínez indicó que su abogada ya sometió una moción para reabrir el caso del 2007 basado en que la primera orden de deportación fue ilegal y se violó el debido proceso. “Seguiremos luchando”, mencionó el inmigrante. “Les pido que me apoyen y que llamen a inmigración para que pueda regresar con mi familia”.
Por el momento, su esposa y sus hijos regresarán a Greensboro y vendrán los fines de semana para acompañarlo.