Yulis Catalán tenía 16 años cuando echó un vistazo por última vez hacia atrás para apreciar el esplendor de la isla de Cuba.
Era apenas un adolescente pero sabía que esa vida que tenía en su natal Pinar del Río no la pensaba continuar por mucho tiempo, pues sus primos en Miami le habían contado que podría hacer buen dinero si seguía sus pasos.
Catalán siguió al pie de la letra la fórmula que sus familiares le compartieron para poder salir de su país y después de juntar lo suficiente para pagar su viaje, hizo su maleta.
Sus primos lo recomendaron con un balsero que clandestinamente desde una playa de La Habana lo trasladó hasta la Florida.
Yulis trabajó como conserje a su llegada y de inmediato ganó un —según sus cálculos— 500 % más de lo que su padre percibía como maestro de una escuela en Pinar del Río.
Al cabo de unos años, Catalán se casó con María Elena, una latina de tercera generación con la que se fue a vivir a Greensboro, Carolina del Norte, con la promesa de un mejor empleo.
“De Cuba ya tengo pocos recuerdos”, dice a La Noticia el antillano de 33 años, con la condición de mantenerse en el anonimato.
“Aquí (en Estados Unidos) hice mi vida y con orgullo puedo decir que la amo más que a mi patria”, asegura.
El pinareño decidió votar por Donald Trump en las elecciones.
Su resentimiento con las políticas de su país natal lo acercaron un poco más a la postura ideológica de los republicanos.
“Yo creo que Estados Unidos debe ser más duro con el gobierno de Cuba”, considera, sin dar mayores razones.
Catalán fue uno de los 228,000 votantes latinos registrados en el estado, que comparados con la Florida, donde 3.1 millones de latinos son elegibles para votar, son una marcada minoría.
Más de cinco condados en Carolina del Norte cuentan con al menos 10,000 ciudadanos de origen latino mayores de 18 años, es decir, elegibles para votar.
Según Edison Research, los votantes latinos en el estado votaron más por el exvicepresidente Joe Biden que por el presidente Donald Trump.
Brecha de género
Pero las mismas encuestas informaron sobre una brecha de género, pues el republicano Trump fue el ganador entre los hombres latinos, como fue el caso de Yulis Catalán.
Sin embargo, el republicano perdió de forma aplastante ante el demócrata entre las mujeres latinas.
“Esta tendencia en Carolina del Norte encuentra eco a nivel nacional y no solamente entre los hombres latinos, sino también entre hombres afroamericanos”, analiza el politólogo internacionalista y miembro del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales, Ricardo Smith.
“Parece ser que el género en esta elección resultó súper importante para predecir voto, para Joe Biden hubo una marea femenina y el tema con Trump, por el machismo que sigue enraizado en la cultura latina es algo que se tiene”, acota Smith.
“Son muchos factores, pero la experiencia migratoria de un cubano que llegó a Florida va a ser muy distinta que la de un mexicano que migró por razones económicas. Hay actitudes en la elección”, explica.
Variedad entre latinos
Y es que a pesar de que el gobierno estadounidense se empeñe en englobar en el término “hispano” o “latino” a toda "persona de origen cubano, mexicano, puertorriqueño, sudamericano o centroamericano o de otra cultura u origen español, independientemente de su raza”, como lo describe la Oficina del Censo de EE. UU., esa diversidad cultural es también de idiosincrasia.
El condado de Mecklenburg es el hogar de aproximadamente 137,000 residentes de origen latino, según estimaciones del censo de 2019.
Eso es aproximadamente el 13 % de la población del condado.
Siendo los originarios de México, quienes constituyen la población latina más grande del condado.
Hay alrededor de 53,000 inmigrantes mexicanos viviendo allí, seguidos por aproximadamente 16,000 de Honduras, 13,700 de El Salvador y 12,000 puertorriqueños.
Esa pluralidad explica por qué los cubanos tienden a votar por los republicanos; los mexicanos a los demócratas y los puertorriqueños se dividen entre ambos.
“Uno de los elementos más importantes para matizar los rasgos del voto latino son las actitudes que se tienen hacia la migración, eso se relaciona con la política de quien será ahora expresidente Trump”, afirma Smith.
“Sus políticas migratorias y cómo cambió el perfil de las personas que iban a ser deportadas durante su mandato y cómo también su discurso tan abrasivo hacia los migrantes, uno esperaba un total rechazo de lo que consideramos como voto latino pero no se cumplió en su totalidad viendo cómo votaron cubanos, mexicanos y demás”, dice el politólogo.
Los votantes latinos representaron solo entre el 5 % y el 6 % del electorado de 2020 en Carolina del Norte, mucho menos que en otros estados con comunidades latinas más grandes.
Por lo que el voto latino en Carolina del Norte todavía no tiene la fuerza política que tienen los de otros estados.
“A Trump no le fue tan mal, pero no quiere decir le haya ido bien, sino que no le fue tan mal como uno esperaría en un grupo que fue tan lastimado por sus políticas”, señala Smith.
Jóvenes latinos crecen exponencialmente
El electorado latino creció en 105,514 personas entre 2012 y 2017. Eso es un aumento del 49.4 %, más del doble del crecimiento (22.1 %) de la población latina elegible para votar en todo el país.
Aunque por ahora, los latinos no reciben tanta atención de los partidos políticos como los afroamericanos, que constituyen una comunidad mucho más grande de Carolina del Norte.
Solo el 27 % de los residentes latinos del condado de Mecklenburg están registrados para votar.
Entre los residentes blancos, es el 79 %; entre los negros, es del 67 %.
Pero el segmento de más rápido crecimiento de la población latina en Carolina del Norte es la población elegible para votar, es decir, los que son ciudadanos y tienen al menos 18 años.
“Los organismos civiles latinos o hispanos, deben mandar un mensaje claro tanto a demócratas como a republicanos, que el voto latino no es seguro sobre todo para Joe Biden, que va a gobernar los próximos cuatro años”, advierte el experto.
“Porque el voto latino sí tiende a ser demócrata, pero depende mucho y varía con cada elección; puede ser que salgan a votar en masa o en menos, no es un voto incondicional, se tiene que trabajar, se tiene que salir a la calle, pedirlo y comunicarse con cada comunidad y rasgo particular”, insiste.
Religión, influyó
Otro ejemplo de polarización en el voto latino es el voto cristiano dentro de esta comunidad.
La religión es un factor electoral, pues los católicos latinos han tendido a volverse demócratas, mientras que los evangélicos protestantes generalmente favorecen a los candidatos republicanos, incluido Trump.
“El voto cristiano entre los latinos fue un amortiguador de lo que pudo ser un mayor apoyo hacia los demócratas, no creo que fuera decisivo pero sí un amortiguador del golpe que pudo llevarse Donald Trump”, analiza Ricardo Smith.
“Esta parte de los valores conservadores que unen al cristianismo o grupos evangélicos que incluyen al cristianismo, eso pudo haber adquirido relevancia en las prioridades mentales de los votantes sobre todo en las semanas previas a la elección”, refuerza.
Sin duda, Trump atrajo a muchos votantes no republicanos entre los latinos en el estado, gracias a su abierta postura conservadora.
“Es interesante ver que pese a que Joe Biden tuvo apoyo nacional y en estados en comunidad latina en lo general, una de las lecciones de este año es que se tienen que hacer matices y salvedades al momento de analizar qué es el voto latino y cómo se manifiesta”, puntualiza Smith.