Durham- Al menos 12,500 familias centroamericanas, entre ellas decenas de Carolina del Norte, vieron como sus sueños se derrumbaron luego de que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por su sigla en inglés) anunciara el 16 de agosto la terminación de un programa mediante el cual tenían una pequeña oportunidad de reunificarse con sus hijos o cónyuges.
El programa de Procesamiento de Refugiados/Permisos para Niños Menores en Centroamérica (CAM), permitía a los niños y jóvenes provenientes de El Salvador, Honduras y Guatemala, menores de 21 años de edad o a los cónyuges de los peticionarios, llegar a este país a través de un refugio y “parole” o entrada condicional.
“Ya no podrán llegar bajo ‘parole’”, explicó a La Noticia, Kelly Carolina Chauvin, representante legal autorizada por el BIA de Church Word Services de Durham (CWS), una unidad de la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR) autorizada por el Departamento de Estado para ayudar a las familias.
“No tendrán otra opción que el refugio, algo que es mucho más difícil ya que se basa en persecución política, de religión o raza, y dentro de esa definición no hay mucho espacio para salvar a estos jóvenes de la grave situación de violencia (pandillas, asesinatos, narcotráfico, etc) que hay en sus países”, indicó.
Magdalena Carillo de El Salvador quien hace cuatro meses comenzó este trámite dijo que no sabe qué hacer. “Las opciones son limitadas. Este programa era como un salvavidas”, mencionó a La Noticia.
Más de un centenar de familias
Desde que el programa comenzó en diciembre del 2014, en el CWS ayudaron a 157 familias lo que se traduce en 257 personas.
De este número, 77 ya llegaron a Carolina del Norte. El 20 % es decir 15, lo hicieron como refugiados y el resto, 62 o el 80 % restante bajo la modalidad de entrada condicional.
Sin embargo, entre 35 y 40 familias más se quedaron en el camino y bajo la única opción de solicitar que su caso sea revisado para ver si califican como refugiados. “Son familias que ya los habían aprobados”, indicó Chauvin.
Según cifras entregadas a La Noticia por el Departamento de Estado, durante en año fiscal 2016 a Carolina del Norte llegaron bajo “parole” 21 centroamericanos.
En lo que va del año fiscal 2017, arribaron 50 pero como refugiados.
Preocupación de quienes ya llegaron
Están en vilo los inmigrantes que ya llegaron co este programa, ya que el DHS determinó que al renovar tendrán que justificar nuevamente y a “un nivel más alto” que necesitan permanecer en el país.
“El que llega con ‘parole’, debe renovar cada dos años su permiso, no hay un camino a la ciudadanía. Ahora necesitarán ayuda de un abogado y el proceso será en una oficina de inmigración. Si niegan la renovación deberán regresar a su país”.
Es por eso que Ana Pérez, madre de Melvin Manolo Pérez, de El Salvador y quien estuvo separado de su familia durante 16 años, dice sentirse “preocupada”.
“Hay que renovar en noviembre”, dijo Ana. “Mi hijo ya se graduó de la secundaria en Durham y ahora está trabajando. Sería como una sentencia de muerte si lo obligan a regresar”, finalizó.