Candy se aproximó al cooler y encontró a su esposo allí sentado, tratando de apaciguar el inmenso dolor en sus piernas.
Kyle y Candy Van Hess habían inaugurado hace apenas unos meses el restaurante peruano Panca Peruvian Street Food en Charlotte.
En medio de la adversidad por la pandemia.
Sortearon todo tipo de contratiempos para poder poner en marcha su negocio, sin imaginar que los malestares del experimentado chef eran el aviso de un problema aún más delicado.
Ha sido completamente inesperado”
Candy Van Hess en entrevista con La Noticia
Originaria de Lima, Perú, Candy conoció a Kyle en Miami.
Formaron una familia y se mudaron a Charlotte, Carolina del Norte, cuando Kyle fue contratado para preparar los alimentos de los Hornets.
Pero por la pandemia, dejó de percibir su salario, por lo que invirtieron sus ahorros en fundar un restaurante de comida peruana.
El negocio comenzó a prosperar, pero ante el levantamiento de las restricciones por la pandemia, se toparon con un nuevo problema.
“Estamos pasando por un periodo en que se reabrieron muchas empresas y especialmente nuestra industria, pero estamos escasos de staff”, lamenta la sudamericana.
“Las empresas más grandes ofrecen bonos para contratar y tenemos el letrero puesto de ‘Estamos contratando’, pero la gente no viene y es complicado”.
“Estábamos cortos de personal y Kyle había tenido ciertos malestares en el cuerpo”.
Así empezaron los problemas para el restaurante peruano
Son las 4:00 de la tarde en Charlotte donde la tormenta ya pasó para la familia Van Hess.
El chef Van Hess recoge algunas cosas de la barra del restaurante y alista todo para la hora cena.
Poco a poco regresa a la cotidianidad después de haber vivido horas de alerta que pusieron en riesgo su vida.
“Se le hinchaban las piernas, cansancio y fatiga de cuerpo y no sabíamos por qué era”, cuenta Candy, cuyo apellido antes de casarse era Osorio.
“Al parecer era porque a mediados de febrero dejó de funcionar su marcapasos”.
Él es sobreviviente de un mal que es algo hereditario, a él no se le formó el corazón completamente cuando era bebé cuando era feto”.
Candy Van Hess en entrevista con La Noticia
Kyle nació con solo la mitad del corazón formado y a partir de ahí no han dejado de hacerle operaciones.
Cuando era un bebé le decían a su familia que no iba a vivir más de 6 meses, luego, no más de un año, hasta que finalmente lo logran estabilizarlo.
“Pero él usa marcapasos desde los 2 años”, dice Candy.
Desde entonces, Van Hess debe cambiar de marcapasos cada 10 años porque se acaban las baterías.
“Pero sin que nos diéramos cuenta —porque se supone que teníamos batería hasta el año que viene— se acabó la batería”, cuenta su esposa.
“Le empieza un malestar muy fuerte y las piernas llegó un punto en que eran como dos tamales, no podía ni caminar”.
“El dolor que tenía en las noches, incluso me lo encontraba en el cooler sentado y decía ‘no puedo’”.
Llegó la calma a Panca
Después de insistir a su médico, finalmente le dieron cita en persona el lunes 17 de mayo de la semana pasada.
“No me advirtió nada (el médico) del marcapasos hasta que se lo mencioné, entonces lo checó y vimos que era una bomba de tiempo”, dice Kyle.
“Fue a su cita el lunes y me dijo, ‘Candy, me voy a quedar porque me van a internar y me van a operar mañana’. Uno pierde los papeles y dice ‘¿qué hago?’”, agrega su esposa.
Finalmente, lo operaron el miércoles de emergencia.
Pero Panca se quedó en ese momento sin su chef.
“Hemos sido bendecidos con la gente que trabaja con nosotros”, dice Candy.
Los Van Hess ofrecieron a sus empleados cerrar el restaurante por los días en que Kyle estuviera hospitalizado.
Pero para su sorpresa, obtuvieron una respuesta inesperada.
“Hablé con los chicos y me dijeron ‘no, ¿cómo vas a cerrar? Nosotros trabajamos’, y ellos han mantenido el restaurante una semana sin el apoyo de Kyle”, remembra.
Aunque eso sí, compartieron el caso de Kyle en las redes sociales de Panca, para que los clientes no creyeran que habían descuidado sus labores.
“No queríamos que se malinterpretara que la gente pensara que el chef no estaba porque se había ido de vacaciones”, explica Candy.
“Queríamos que la gente supiera la verdad, que él está enfermo y por eso no podía estar aquí”.
Con solo dos personas en cocina Panca pudo sacar adelante el fin de semana de trabajo.
“No te imaginas”, dice Candy.
"Mi hija de 17 años nos ayuda en la caja, y éramos solo ella y yo en el frente y dos chicos en cocina”.
Al final de día le digo ‘¿por qué lloras?’, y me dice ‘mamá, porque no había podido llorar en todo el día’. Pobrecita”.
Candy Van Hess en entrevista con La Noticia
Todo un aprendizaje
Mientras tanto, la intervención de Kyle fue un éxito y al cabo de unos días, el chef estaba de vuelta.
“Eran las cinco de la tarde el viernes”, recuerda el cocinero sobre cuándo salió del hospital.
“Y ya vine el sábado (al restaurante)”.
Antes de la pandemia, Van Hess tenía un buen seguro médico gracias a su trabajo con equipos de la NBA.
Sin embargo, tras su emprendimiento con Panca, se vieron obligados a contratar un seguro menos amplio, pero que les dio un gran alivio en la emergencia vivida.
“La cuenta nos hubiera comido vivos, pero es un pago alto mensual que damos y alivianó en el tema de la operación”, dice Kyle.
Después de la tormenta, Panca se reinventa para mantenerse en el gusto de los consumidores en Charlotte.
Ahora con la certeza de saber que no importa cuán oscuro luzca el panorama, siempre y cuando se mantengan tan unidos como la familia que son.
“La experiencia nos ha enseñado bastante, cuando menos te lo esperas tu equipo de trabajo y es comprometido pueden sacar las cosas así pasan 10,000 cosas más”, afirma Candy.
“Son cosas que uno a veces no espera que pasen pero te das cuenta de todo el soporte que tienes en el tema laboral, nosotros no tenemos familia acá, somos los dos solos”.
“La historia podría ser distinta ahorita”, puntualiza.
MÁS NOTICIAS RELACIONADAS:
“No hay trabajadores”: Restaurantes latinos sufren por falta de personal