Charlotte - Cuando Ligsdenis Ochoa dejó Honduras en el 2014 huyendo de la violencia de las pandillas, nunca imaginó que en Charlotte enfrentaría algo similar. Hace una semana esta niña de 12 años, recibió una fuerte golpiza por parte de unas vecinas afroamericanas, quienes además le gritaron insultos antiinmigrantes.
“Me siento adolorida, triste y tengo miedo. Triste por lo que me sucedió, y con miedo, porque me da temor que vengan a pegarme otra vez”, comentó Ligsdenis a La Noticia.
Jessica Ochoa, la madre de la menor, denunció el hecho a la policía, pero aún se siente insegura y preocupada por sus hijos.
“Mi hija no pudo ir durante una semana a la escuela, se la pasaba acostada y sin deseos de comer, y con miedo de salir a la parada del bus. Para mi esto que pasó es más que bullying, es racismo”, señaló la madre.
Ligsdenis tenía 8 años cuando inició su travesía de casi un mes hacia Estados Unidos. Ella fue una de las primeras menores centroamericanas que llegaron a esta ciudad sin compañía, y también una de las pocas que goza de una visa juvenil. La niña va a la escuela y rápidamente se ha acomodado a su nuevo país.
Violencia juvenil
La tarde del lunes 8 de mayo la niña jugaba frente a su casa con su hermanito de 3 años eso de las 6:00 p.m. y fue cuando tuvo un encuentro con tres adolescentes afroamericanas.
“Mi hermanito se acercó a ellas y fui corriendo por él, y entonces comenzaron a decirnos que éramos unos mexicanos, que nos fuéramos, que no nos querían aquí, que ellas si eran de aquí y nos dijeron muchas malas palabras”, contó la menor.
Según Ligsdenis pasaron unos segundos cuando las adolescentes llegaron donde estaban los dos hermanitos, y la incitaban a que peleara con ellas.
“Yo no quería, y fue cuando me agarraron del pelo y me tiraron al piso y comenzaron a darme patadas y a restregarme la cara contra el suelo”, contó la niña, quien logró huir de las jóvenes y correr para refugiarse en su casa junto a su hermanito.
Ochoa cuenta que minutos después llegó a su casa una de las jóvenes que golpeó a Ligsdenis y su madre, dando golpes a la puerta y “fingiendo ser la policía”.
“Cuando abrimos la mujer decía a su hija que entrará y sacara a mi niña y se metió y la agarró del pelo, pero mi esposo intervino y les prohibió entrar y trataron de provocarlo para que él les hiciera algo, pero yo le dije que no porque saldría perdiendo”, señaló Ochoa.
Tres horas después llegó la policía que hizo un reporte del incidente, mientras que Ligsdenis tuvo que ser llevada a urgencias por los golpes que recibió en el abdomen, cabeza y cara, y le colocaron un cuello ortopédico.
La niña regresó esta semana a la escuela y ha estado en terapia con un psicólogo proveído por el Departamento de Policía de Charlotte-Mecklenburg (CMPD), pero su estado de ánimo sigue decaido.
“Ella continúa con miedo, su maestra está trabajando eso con ella. Dice que siente como si estuviera en Honduras”, comentó Ochoa.