Charlotte - Para Francisco Esteban y Carolina Morales, una pareja mexicana que se mudó a Charlotte hace dos años, el sueño de tener casa propia se convirtió en pesadilla, al invertir sus ahorros en una vivienda de la cual fueron echados al ser embargada.
“Vinimos a este estado por la familia, para darle una mejor vida, pero se aprovecharon de nosotros por ser inmigrantes. Me siento impotente”, manifestó Francisco a La Noticia.
Todo comenzó en 2015 cuando la pareja y sus tres hijos, se mudaron a Charlotte desde Florida, donde Francisco trabajó durante 11 años en el campo.
Les fue difícil encontrar una casa en renta por falta de récords, hasta que una persona les habló de Kingdom Connect Investments (KCI), una agencia de bienes raíces con sede en Greenville (Carolina del Sur), que vendía casas en las Carolinas y Georgia.
“Hablamos con ellos y nos dijeron que podían financiarnos una casa usada, y nos pidieron una cuota inicial de $15,000. La casa de 1995 era de $110,000, y que luego de pagar $800 por 15 años sería nuestra. Nos pareció una buena oportunidad, y nos mudamos en junio del 2015”, contó Carolina.
Resultó embargada
La pareja recibió un contrato en el que figuraban como los compradores y fueron puntuales con todos sus pagos, sin embago empezaron a recibir cartas del banco que decían que la casa estaba embargada.
“No entendíamos lo que pasaba y ellos nos tenían de aquí para allá y aseguraban que no perderíamos nuestro dinero”, comentó Francisco.
Así comenzó una odisea para esta familia, y después de varios meses de pedir infructuosamente respuestas y de falsas promesas, tuvieron que irse de la vivienda en mayo del 2016.
“Nos sacaron sin devolvernos nuestro dinero, nos dejaron en la calle”, dijo Carolina, quien llora al recordar la amarga experiencia.
No encontraron ayuda
La pareja buscó infructuosamente ayuda, incluso colocaron una queja con la policía de Greenville. “Como nadie nos ayudaba, tuvimos que aceptar que nos habían estafado”, dijo Carolina.
Sale todo a la luz
Pero en marzo de este año el canal 7 News, de Greenville, sacó a la luz que KCI había dejado docenas de personas en embargo. La compañía ofrecía pagar sus hipotecas, y en últimas vender las propiedades. Pero al no hacer los pagos a los bancos, las casas eran embargadas.
El Better Bussiness Bureau (BBB) de Carolina del Sur, indicó que recibió 25 quejas, y 6 comentarios negativos de KCI. En un comunicado del 9 de marzo dijo que podrían haber más víctimas, porque KCI se enfocaba en personas latinas, quienes no reportan las anomalías.
El dueño de KCI, Bubba Roush, dijo al canal que la compañía, enfrentaba problemas financieros.
La Noticia intentó comunicarse a dos teléfonos de KCI, pero ya no funcionan. Así mismo al celular de Maribel, una empleada latina, pero al cierre de esta edición no había respondido. A su vez la página de Internet de la inmobiliaria fue cerrada.
“Quisiéramos que nos devolvieran nuestro dinero, esto ha causado mucho estrés en la familia, sobre todo a los niños”, comentó la mexicana, quien ahora vive con su esposo e hijos en una casa rentada al oeste de la ciudad.