Manolo's Bakery tuvo una ajetreada jornada el sábado 11 de febrero por la mañana. Más de dos docenas de miembros de la comunidad se agolparon en el local de Central Avenue, no solo para comer pasteles, sino también para discutir sobre política de desarrollo.
Charlotte Urbanists, un grupo de activistas comunitarios, organizó el foro con el apoyo de Carolina Migrant Network y Action NC. La agenda del día se centró en cómo mantener negocios dirigidos por inmigrantes, como Manolo’s, en el este de Charlotte.
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Central Avenue se ha convertido en un centro de negocios inmigrantes en las últimas décadas. A medida que aumentan los costos de alquiler, los residentes se preguntan cómo evitar la gentrificación y el desplazamiento de las comunidades internacionales que han llegado a caracterizar el corredor, explicó John Holmes, el organizador de Charlotte Urbanists.
“Estamos viendo algo de la ansiedad de los dueños de negocios locales que intentan asegurarse de que no los echen”, dijo Holmes.
“Se ve que el crecimiento empieza en el núcleo interno de la ciudad y se expande hacia el exterior. Tienes Plaza Midwood, que se volvió muy caro, y muchas empresas tuvieron que desarraigarse y mudarse a Eastway Crossing. Luego sucedió de nuevo donde más propietarios de negocios inmigrantes tuvieron que desarraigarse y mudarse más y más hacia afuera”.
Lecciones de otras comunidades
Este no es un patrón exclusivo de Charlotte, explicó Holmes. Ha sucedido en otras ciudades y en otras comunidades de inmigrantes.
“Tenías Chicago, Los Ángeles y Houston. Esos eran los puntos de acceso si eras latino y querías mudarte a Estados Unidos. Pero luego lo que sucedió es que su suministro de viviendas no se mantuvo. Y comenzó a empujar a la gente gradualmente para afuera”, dijo.
Eso es lo que los residentes esperan evitar, ya que la ciudad planea aumentar las inversiones a lo largo de Central Avenue, una de las seis regiones identificadas en su iniciativa Corredores de Oportunidad. Holmes dijo que se necesita inversión, pero quiere que se haga con cuidado.
“Creo que Central Avenue es probablemente uno de los corredores más pasados por alto y menos invertidos en los que se debe invertir y se debe hacer de manera equitativa”, dijo. “Cuando observamos algunos de los problemas que afectan a la comunidad inmigrante, vemos que la falta de transporte es un gran problema y también de vivienda y viviendas asequibles”.
'Nadie quiere vender'
El propietario de la panadería, Manolo Betancur, dijo que sus empleados se han beneficiado de un acuerdo de alquiler a bajo precio con los apartamentos Peppertree, que les permite vivir a poca distancia de su trabajo. Si bien la vivienda accesible les ha ayudado a permanecer en el vecindario, la panadería enfrenta otras barreras.
“Llevamos 25 años en este edificio y nadie quiere vender este edificio”, dijo Betancur. “Todos nuestros políticos, nuestros líderes dicen que queremos ayudar a las pequeñas empresas. Queremos apoyar a las pequeñas empresas, pero nadie dice que las pequeñas empresas merecen ser dueñas de su propio local”.
Betancur dijo que, como inmigrante, se ha enfrentado a un mayor escrutinio en el mercado de alquiler. Recientemente se retiró de un contrato de alquiler porque las estipulaciones eran demasiado estrictas.
“Querían que firmara un documento donde pusiera mi casa como garantía solo para alquilar ese espacio. Ahí fue cuando mi abogado le dijo, mira, si yo fuera una empresa estadounidense, no estarías pidiendo eso”, dijo Betancur.
Holmes destacó un programa piloto de la ciudad de Charlotte, anunciado a principios de este mes, que podría ayudar a los inquilinos a convertirse en propietarios de viviendas en el área y en otros Corredores de Oportunidad.
“Lo que están haciendo con el tema de la vivienda es que están dando hasta $80,000 si cumple con ciertos requisitos y tiene que permanecer en la comunidad de Charlotte durante 30 años hasta que se cancele su préstamo o hasta que su préstamo sea perdonado en la marca de 31 años”, dijo Holmes.
El programa hipotecario se puede utilizar para propiedades con un valor de hasta $315,000, pero no incluye establecimientos comerciales. Betancur dijo que si los incuyera, es una opción que le interesaría explorar.
“Todo el mundo quiere vender casas, pero nadie quiere vender un lugar para que una pequeña empresa sea dueña de su propio local”, dijo Betancur.
Keith Witherspoon, miembro de la comunidad, dijo que solo beneficiará a Charlotte mantener pequeños negocios de inmigrantes como Manolo’s en el vecindario.
“Permitir que la comunidad latina crezca de forma independiente le permite traer su propio sabor a Charlotte”, dijo Witherspoon durante la reunión. “Así la gente vendrá aquí por eso, lo que también brindará oportunidades económicas para las personas de la comunidad”.
La reunión comunitaria fue parte de una serie regular de Charlotte Urbanists llamada Policy Power Hour. Holmes dijo que planean organizar futuras discusiones sobre políticas en otras pequeñas empresas locales.
Esta historia fue producida mediante una colaboración entre WFAE y La Noticia. Puedes leerla en inglés en WFAE. This story is available in English on WFAE.