En medio de uno de los años más desastrosos para la humanidad, historias como la de Tommy Rhomberg son un bálsamo para el alma y nos hacen ver que no todo es tan malo como parece.
Tommy, de 12 años, se dio a la tarea de fabricar bates de béisbol para ayudar a la reconstrucción de su comunidad que fue azotada por un huracán de vientos de más de 140 mph en agosto.
"Tuvimos suerte. No tuvimos ningún daño, pero simplemente conduciendo por la ciudad había gente con la mitad de su casa destruida, y yo sólo quería recaudar dinero para poder ayudarlos, ayudar a la gente a reconstruir", dijo el pequeño Rhomberg.
El desastre natural provocó que el cumpleaños de uno de sus mejores amigos se postergara.
"Sabía que su deporte favorito era el béisbol y pensé que significaría mucho para él si recibía un bate de béisbol para su cumpleaños".
Rhomberg se puso manos a la obra y con sus propias manos le hizo un bate de béisbol a su amigo. La voz se corrió entre los niños de su vecindario y Tommy comenzó a recibir pedidos, entre ellos, uno de su madre.
"Pensé, ‘creo que me gustaría uno. ¿Me harías uno?’ Y me dijo ‘no’ ", contó Amanda Rhomberg entre risas. "Todavía tenía ampollas en las manos".
Aprovechando la demanda de las piezas artesanales de su hijo, Amanda le sugirió que hiciera bates con la madera de los escombros que dejó la tormenta. De inmediato compraron un torno y vendió más de 115 bates, con los cuales ha donado más de 2,500 dólares.
"Siento que realmente está ayudando a la gente", dijo con alegría el pequeño Tommy Rhomberg.
Ahora, Tommy se dedica a fabricar bates de béisbol cuando termina sus labores en casa y su tarea de la escuela. Bautizó su tienda de bates como "The Great Derecho".
"Casi siento que esto es una escuela en sí misma, ¿sabes?" dijo su mamá.